Concretamente, el día de las elecciones fueron ejecutadas 14 personas, 20 el 2 de julio, 13 el 14 de julio y otras 24 el 5 de agosto, el día del inicio del segundo mandato de Ahmadineyad.

La secretaria general de AI, Irene Khan, lamentó este "aumento significativo" de penas capitales, "incluso en comparación con la terriblemente alta tasa de ejecuciones que ha sido siempre una característica de los derechos humanos en Irán".

Así, Amnistía Internacional contabilizó en Irán un total de 196 ejecuciones este año hasta el pasado 12 de junio, un promedio inferior al de los dos últimos meses. Esta tasa sitúa a Irán en el segundo país con mayor número de ejecuciones de este año, sólo por detrás de China.

Sin embargo, Amnistía sospecha que el verdadero número total de ejecuciones es casi seguro mayor que el que ha sido capaz de contabilizar, recogido de fuentes oficiales y medios de comunicación.

Según las fuentes oficiales, la mayoría de los condenados lo fueron por contrabando de drogas o delitos similares, y el perfil del que ha pasado por la horca ha sido el de un hombre de entre 20 y 50 años.

"Ésta es una situación terrible, que se agrava por el hecho de que es probable que a todos o la mayoría de los ejecutados se les ha negado un juicio justo, lo que supone una violación grave del derecho internacional", concluyó Khan.