Los arrestados, detenidos mientras preparaban un atraco en León, permanecían en España el tiempo necesario para llevar a cabo una campaña de asaltos y regresaban a su país de origen con el botín obtenido.

Fue en junio de 2008 cuando unos atracadores con armas de fuego asaltaron dos joyerías en la provincia de Valencia. Las primeras investigaciones sobre estos hechos permitieron a los agentes identificar a los presuntos autores y constatar que su ámbito de actuación se extendía por toda la geografía española. En marzo y abril de 2009 el mismo grupo robó en otras dos joyerías de Gijón y León.

Después de estos hechos, los investigadores averiguaron que los atracadores habían abandonado España a finales de abril llevándose el botín sustraído, pero supieron también que su salida del país era algo pasajero y que tenían intención de volver para realizar otra ola de atracos.

Fue el pasado julio cuando los agentes supieron de la inminente llegada de los atracadores a España. Una vez en el país fueron localizados en León, donde se estableció un dispositivo policial que permitió localizar dos inmuebles utilizados por el grupo de asaltantes para alojarse.

La policía comprobó cómo los asaltantes vigilaban exhaustivamente la joyería que iban a atracar para comprobar todas sus medidas de seguridad, horarios y personal, tras lo cual dos de ellos entraron en la tienda y reservaron unas joyas que recogerían días más tarde, el día del golpe.

Ante la inminencia de un nuevo asalto, los agentes detuvieron a cuatro de los atracadores en diferentes calles de la ciudad de León y realizaron dos registros domiciliarios, lo que permitió el arresto de un quinto miembro de la banda que se encontraba en el interior de una de las viviendas. Han sido intervenidas diversas joyas, 4.000 euros y moneda extranjera, un arma simulada, prendas de vestir empleadas en los robos y documentación.