En su comparecencia tras la Cumbre UE-Chile, que compartió con el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el del país andino, Sebastián Piñera, Zapatero reconoció la reducción del volumen de la ayuda al desarrollo, pero la calificó de "imprescindible para acometer el plan de consolidación fiscal" emprendido por el Gobierno.

Por su parte, Durao dijo comprender la "presión" que la crisis está ejerciendo sobre los presupuestos de los Estados ante la "necesidad de consolidación" del déficit, pero a la vez subrayó que los dirigentes de la UE se han comprometido con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y afirmó que "es posible" cumplir con ellos.

El presidente de la Comisión recordó que la UE es el primer contribuyente mundial en la ayuda al desarrollo, con casi un 60% del montante total, y apostó por "mantener" el "liderazgo" europeo en la materia.

Piñera no se dio por perjudicado en la reducción de las ayudas, pese a la reconstrucción que tiene que afrontar su país tras el terremoto, y dijo que le satisfacen las medidas adoptadas por España en tanto que segundo mayor inversor en Chile.