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700.000 ESPAÑOLES MAYORES DE 65 AÑOS SUFREN ALGUN TIPO DE DEMENCIA

MADRID
SERVIMEDIA

La demencia afecta actualmente en España a aproximadamente 700.000 personas mayores de 65 años, es decir, entre el 5-10% de en este segmento de población sufre este mal. De hecho la edad es el principal factor de riesgo para la presentación de un síndrome demencial. Su prevalencia aumenta según la edad, pasando de un 1,5% a los 65 años de edad a un 32-38% a los 90.

Según los datos aportados por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la Sociedad Española de Psicogeriatría (SEPG), autores del Consenso sobre Demencias que ahora se revisa, el tipo de demencia más frecuente es la demencia degenerativa primaria tipo alzheimer (48%), seguida de las demencias vasculares (21,8%), demencias mixtas (25,7%) y demencias secundarias (4,5%).

"La demencia puede definirse como un síndrome adquirido de naturaleza orgánica caracterizado por un deterioro permanente de la memoria y de otras funciones intelectuales y muy frecuentemente acompañado de otros trastornos psiquiátricos y del comportamiento, que ocurre sin alteración del nivel de conciencia y que tiene un impacto directo sobre el funcionamiento social", explica el doctor Manuel Martín Carrasco, vicepresidente de la Sociedad Española de Psicogeratría (SEPG) y coordinador del Consenso.

En el año 2000, la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) y la SEPG elaboraron un Consenso sobre Demencias, en el que sentaban las bases para abordar este problema de salud pública al que debe considerarse de máxima prioridad. Analizaron este tema no sólo por su complejidad clínica, sino también por su repercusión social, en especial la que se refiere al impacto de esta enfermedad profundamente invalidante sobre el rol social y la salud de los cuidadores de los pacientes, generalmente sus propios familiares.

Los expertos advierten que "los costes económicos de la demencia, son muy importantes. Pero junto a ellos hay que considerar también su impacto sobre las familias. De hecho, los familiares de los pacientes con demencia sufren de forma significativa fenómenos como ansiedad, estrés, depresión, e incluso un aumento de las enfermedades somáticas y de la mortalidad."

Todo ello, añaden estos expertos, relacionado con la sobrecarga que supone cuidar a una persona con demencia, de especial intensidad ante la presencia de trastornos psiquiátricos y del comportamiento en la persona demenciada, especialmente depresión, agresividad y insomnio. Pero además pueden llegar a presentar síntomas psicóticos, como delirios o alucinaciones.

EL PAPEL DE LA PSIQUIATRIA

La atención a las demencias "debe ser multidisciplinar y coordinada entre la Atención Primaria y distintas especialidades como la Psiquiatría, la Neurología y la Geriatría. Sin embargo, en los años ochenta y noventa se apreció un relativo distanciamiento de la Psiquiatría en la implicación asistencial a las demencias", añaden los especialistas.

El psiquiatra puede aportar sus capacidades diagnósticas y terapéuticas en la atención a las demencias, especialmente en el manejo de las complicaciones psiquiátricas y en el diagnóstico y tratamiento de la sobrecarga del cuidador.

Por otra parte, el desarrollo de la Red de Salud Mental en todo el país, y su cercanía e interconexión con Atención Primaria, la convierten en la estructura asistencial más adecuada para la atención especializada al enfermo con demencia. en este momento el principal obstáculo son las listas de espera y las dificultades de acceso a otras especialidades.

A lo largo de 2005, ambas sociedades van a elaborar la segunda edición del Consenso Español de Demencias. Se trata de una actualización necesaria de la primera edición, editada en 2000, antes los avances registrados en el área. En este Consenso, los psiquiatras encontrarán una herramienta de trabajo útil y práctica a la hora de abordar el complejo problema de las demencias.

La labor del psiquiatra es imprescindible tanto en el diagnóstico y tratamiento del paciente como en la ayuda al familiar o cuidador, dada la sobrecarga que éste suele sufrir. Las intervenciones terapéuticas necesarias son muy variadas, desde la terapia psicofarmacológica a la psicoterapia, la modificación de conducta o la estimulación cognitiva.

Para aplicarlas correctamente es indispensable la revisión y actualización de las pautas de tratamiento de forma periódica y frecuente, adaptándolos a los constantes cambios de la enfermedad y a los efectos secundarios detectados.

(SERVIMEDIA)
16 Mar 2005
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