Durante su presentación en Madrid, Francisco García Ruiz, médico de Atención Primaria del Centro de Salud Las Águilas II, de Madrid, y miembro del Comité Ético de Investigación de la Fundación Jiménez Díaz, explicó que en el estudio e siguió durante tres años a 619, de los que el 46% eran diabéticos o enfermos cardiovasculares y el 70% eran tratados con estatinas.

El trabajo apuntó que 7 de cada 10 de estos pacientes necesitarían una reducción de más del 60% del colesterol LDL (colesterol malo) para conseguir el objetivo de la terapia. Los niveles recomendables serían de 100 mg/dl para diabéticos y enfermos cardiovasculares y de 130 mg/dl para pacientes con dos o más factores de riesgo.

Luis Antonio Álvarez-Sala, jefe de la nidad de Lípidos del Hospital Gregorio Marañón, insistió en que tanto para personas que ya han sufrido un infarto o embolia cerebral, como para los diabéticos es especialmente importante prevenir uno de los principales factores de riesgo coronario, como es el colesterol.

Apuntó que el estudio Reality pone de manifiesto que los médicos de Primaria temen aumentar las dosis de estatinas que prescriben a sus pacientes, "porque la realidad es que más del 70% de los pacientes que reciben tratamiento hipolipmiante no se controla".

En el futuro habrá que plantearse, a juicio de este especialista, o incrementar dosis de esta familia de fármacos (que inhibe la producción de colesterol en el hígado) o utilizarlos en combinación con otros que paralicen la absorción del colesterol en el intestino.