Los italianos son los únicos ciudadanos de un país desarrollado en donde hay un nivel de crítica mayor que en España al volumen de ayud oficial al desarrollo. En el conjunto de países ricos, son algo más de un 40% los ciudadanos que creen que la ayuda oficial al desarrollo se queda corta.

Las diferentes opiniones nacionales sobre esta cuestión están relacionadas generalmente con el nivel de ayuda que cada país concede, por lo que entre los más generosos hay una opinión pública que mayoritariamente estima adecuada la contribución a luchar contra la pobreza.

Así ocurre en estados como Suecia, Noruega o Canadá, si bien también pasalo mismo en Estados Unidos, pese a que este país concede como ayuda oficial al desarrollo una porción de su PIB que no llega a la media de los países ricos.

El informe de la OCDE señala que, "en los dos extremos, entre un 70% y un 80% de italianos, españoles y franceses interrogados piensan que la ayuda al extranjero es insuficiente, mientras que alrededor del 50% de japoneses, daneses, noruegos y suecos consultados estiman que el montante de esa ayuda es más o menos adecuada".

Actualmente, Españ dedica casi un 0,3% de su PIB anual a ayuda oficial al desarrollo, un nivel claramente inferior a la media de los países desarrollados y muy lejos del objetivo del 0,7%. En el Consejo Europeo de Barcelona de marzo de 2002, las autoridades españoles se comprometieron a elevar el nivel de ayuda hasta el 0,39% para el 2006.

El capítulo del informe referido a España subraya que en nuestro país la opinión pública es favorable a elevar la ayuda oficial al desarrollo y que también tiene muy buena opinión dela labor de las ONG.

No obstante, puntualiza que "el elevado nivel de ayuda y de donativos del público no se traducen siempre necesariamente en una militancia activa en favor de la cooperación y el desarrollo", lo que se refleja en el dato de que apenas un 20% de españoles pertenece activamente a una ONG.