En el texto, Vargas Llosa asegura que "el intento de prohibir las corridas de toros en Cataluña ha repercutido en medio mundo y, a mí, me ha tenido polemizando en las últimas semanas en tres países en defensa de la fiesta ante enfurecidos detractores de la tauromaquia".

"Para quien goza con una extraordinaria faena, los toros representan una forma de alimento espiritual y emotivo tan

intenso y enriquecedor como un concierto de Beethoven, una comedia de Shakespeare o un poema de Vallejo", afirma.

Según el autor de "La fiesta del chivo", nadie puede negar que la corrida de toros sea una fiesta cruel. "Pero no lo es menos que otras infinitas actividades y acciones humanas para con los animales, y es una gran hipocresía concentrarse en aquella y olvidarse o empeñarse en no ver a estas últimas", indicaba. "Quienes quieren prohibir la tauromaquia, en muchos casos, y es ahora el de Cataluña, suelen hacerlo por razones que tienen que ver más con la ideología y la política que con el amor a los animales".

A su juicio, "si amaran de veras al toro bravo, al toro de lidia, no pretenderían prohibir los toros, pues la prohibición de la fiesta significaría, pura y simplemente, su desaparición. El toro de lidia existe gracias a la fiesta y sin ella se extinguiría. El toro bravo está constitutivamente formado para embestir y matar y quienes se enfrentan a él en una plaza no sólo lo saben, muchas veces lo experimentan en carne propia".

El jurado del premio "Manuel Ramírez" ha estado compuesto este año por Álvaro Ybarra, Eduardo Dávila, Borja Domecq Solís, Antonio Ojeda, Ramón Valencia y Andrés Amorós, éste último como qu presidente, e Ignacio Sánchez–Mejías Herrero como secretario.

El Premio Manuel Ramírez fue instituido en 2008 por "Abc" en memoria del periodista y crítico taurino que fuera director del diario de Vocento en Sevilla, y premia trabajos relacionados con el mundo de los toros. En las dos ediciones anteriores los ganadores fueron el periodista Antonio García Barbeito y el catedrático Francis Wolff.