Carmena comenzó dando las gracias a todos los asistentes y enfatizando que ese agradecimiento lo realizaba “mirándonos de frente, estrechándonos la mano, notando el calor, identificándonos como miembros de la Humanidad”. Esta introducción le sirvió para reflexionar que las violencias urbanas “obstaculizan el desarrollo de la Humanidad, que pasa irremisiblemente por la cooperación”.

“Ninguno podemos vivir solos, porque nos necesitamos. Necesitamos intercambiar ideas, miradas, sonrisas, caricias, mensajes”, abundó. “La Humanidad solamente avanzó a través de la cooperación. El mundo precisa la cooperación y nos sobran las violencias”.

Por eso, denunció el despilfarro de recursos sanitarios, psicológicos y de reconstrucción que se hace en “curarnos las heridas que nosotros mismos nos hemos infligido”, por “esa estupidez, esa absurdez de que nos agredamos. LA violencia es detestable”.

En esa línea, llamó a “desaprender” la incorporación de la violencia como modo de resolver los conflictos y a solucionarlos partiendo de que todos los individuos son singulares y distintos pero forman parte de la misma Humanidad, por lo que se declaró satisfecha de haber puesto con el Foro una “pequeña piedrecita para empezar la reflexión” sobre las violencias e identificar sus causas.