Durante su intervención ante la Junta General de Accionistas, Saracho reconoció que es su responsabilidad la "continuidad" del banco y para ello pondrá todos los "medios que estén a nuestro alcance". "Tenemos que actuar rápida y decididamente para atacar sin excusas y sin sentimentalismo los problemas", sentenció.

"En ningún caso, y esto es importante, puedo imaginar la desaparición de Banco Popular", insistió el presidente del banco, quien manifestó que la "resolución de la ecuación es harto difícil sin recurrir al mercado".

En este sentido, Saracho reconoció que, siendo la ampliación de capital una opción, "sólo podrá realizarse sobre un sustrato de alta confianza", si bien son precisas otras medidas adicionales y "no podemos fiar nuestro futuro" a una eventual ampliación de capital. Saracho sostuvo que el "diagnóstico parece que es claro y estamos abocados a acudir al mercado".

Por otra parte, el primer ejecutivo del banco reconoció también que otra oportunidad que siempre está abierta es la venta del banco a otra entidad financiera, aunque "nosotros hemos permanecido independientes" durante la crisis.

El presidente del banco admitió que se estudirán todas las opciones posibles para recuperar el banco y explicó que una solución podría ser la venta del Popular a otra entidad. "No quiero decir que una operación corporativa no sea una opción", apostilló.

Pero Saracho sí quiso dejar claro que la nueva dirección del banco no gestionará el Popular "con el fin exclusivo de esa operación corporativa".

"Valoraremos todas las alternativas creíbles que se nos planteen y tomaremos la decisión más beneficiosa para todos", apuntó Saracho, tras reconocer que "nuestro plan tiene que estar en nuestras manos y no depender de terceros".

VOLVER A LAS RAÍCES

Con respecto a las soluciones, Saracho dijo que la vía es "volver a las raíces" y gestionar "con un riesgo equilibrado y entonces todos saldríamos ganando" y se evitaría así una situación como ha pasado a bancos en otros países que, "ni se liquidan, ni se capitalizan".

Otra de las vías que acometerá el banco es la desinversión en los negocios "en los que no contamos con las suficientes capacidades y lo haremos de forma clara, sin dilación y primando la simplificación".

El responsable del banco se quejó de que es "evidente" que los accionistas "estamos soportando una presión significativa" y los medios de comunicación están prestando una atención "inusitada y no siempre equilibrada".

"Merece la pena luchar por el Popular y eso es sólo posible si lo hacemos sin más dilación y tenemos actuar rápida y decididamente", insistió Saracho.

Por su parte, el todavía consejero delegado del Popular, Pedro Larena, defendió que la revisión de las cuentas del banco adoptada la pasada semana son un "ejercicio de transparencia".

Según Larena, a pesar del impacto de esta situación "mantenemos un nivel de capital superior al exigido y tenemos palancas internas para la generación de capital".

Por último, Larena recordó que anunció recientemente su deseo de no continuar en el cargo "por motivos personales". "Comienza una nueva etapa y lo más honesto es poner mi cargo a disposición del Consejo de Administración. Ha sido una decisión muy difícil para mi porque durante estos siete meses me he sentido parte del Popular", finalizó.