Gil Lázaro, que había registrado una pregunta que acusaba al ministro de hacer "afirmaciones equívocas" sobre este tema, al formularla se quejó de que Rubalcaba lleva seis meses sin contestarle. Eso permitió ironizar al titular de Interior: "Si dice que no he contestado, no tiene sentido su pregunta. Afirmaciones he hecho, aunque equívocas".

El diputado popular contraatacó acusando a su interlocutor de llevar con "guasitas" seis meses para no contestar, "construyendo una coartada para ocultar su responsabilidad" y "mezclando" el caso del chivatazo con la llamada "Operación Urogallo", en la que se detuvo a los terroristas implicados en la red de extorsión que tenía su cuartel general en el bar "Faisán".

"¡Basta ya de repetir esa mentira!", exclamó Gil Lázaro, argumentando que la "Operación Urogallo" pretendía lo que impidió el chivatazo, que las detenciones se produjeron un mes y medio más tarde y que aquélla perseguía a terroristas, mientras que el "escándalo Faisán" implica a policías, de los cuales no ha habido ninguna detención". Por ello, concluyó que son investigaciones, autores y consecuencias distintas y espetó a Rubalcaba: "Búsquese otra coartada", asegurando que seguiría preguntándole.

Rubalcaba dio por sentado que así será, y calificó el razonamiento de hoy de su interlocutor como "de aurora boreal". Según el ministro, la decisión de no actuar el 4 de mayo de 2006, día del chivatazo, "no correspondió a la policía española sino a la autoridad judicial francesa", y "no tiene que ver con el 'caso Faisán'". Reiteró que la operación detuvo y procesó a todos los implicados, y, al no oír las protestas que farfullaba Gil Lázaro en su escaño, le remitió a "la próxima vez". "Como va a haber otra, me lo dice".