“Descontrol descontrolado”, principal objetivo del consumo de drogas entre los jóvenes

- Según un estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD

MADRID
SERVIMEDIA

El Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud presentó hoy en un seminario el estudio ‘Sudar material. Cuerpos, afectos, juventud y drogas’, del que se desprende que el principal motivo de consumo de drogas por parte de la población joven es el “descontrol descontrolado”.

Este seminario, que tuvo lugar en la sede de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), entidad a la que pertenece el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, se ha celebrado gracias al apoyo de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

En él se evidenció que el consumo comienza a ser excesivo para los jóvenes sólo cuando se ven envueltos en “situaciones indeseadas de desinhibición y sobreexposición social y afectiva”.

Esto implica para este nicho poblacional el necesario alcance de límites como la enajenación mental, conductas agresivas o poco cívicas, inconsciencia, vómitos y/o malestar físico.

Esta es una de las principales conclusiones de la investigación 'Sudar material. Cuerpos, afectos, juventud y drogas', que se enmarca en el seminario 'Exceso y ocio juvenil. La extraña pareja' celebrado hoy en Madrid.

El seminario fue inaugurado por el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco de Asís Babín, y el director general de la FAD, Ignacio Calderón.

“EL PUNTILLO”

‘¿Cuál es la funcionalidad de este consumo de atracón y sublimación del exceso?’ es una de las premisas de las que parte esta investigación de carácter etnográfico realizada a través de observación en lugares y tiempos de ocio y de distintos grupos de discusión formados por jóvenes madrileños de 16 a 27 años.

Se trata del primer análisis antropológico que se realiza en relación con los consumos de drogas en jóvenes en España articulado con la colaboración el Departamento de Antropología de la UNED.

El objetivo ha sido recoger la opinión de los propios jóvenes para tratar de entender la funcionalidad y el significado que tiene el “exceso” en el consumo de alcohol y otras drogas para los jóvenes.

Así, el estado aspiracional que pretenden alcanzar en sus salidas nocturnas es el “descontrol controlado” o “puntillo”. Es esa situación en la que maximizan los beneficios que atribuyen al consumo de drogas –desinhibición, cierta euforia, sociabilidad, etc.-, sin que aún se manifiesten los riesgos, como pérdida de control absoluto, situaciones de violencia, malestar físico, etc.

Para lograr ese “descontrol controlado” los jóvenes utilizan distintas estrategias, como el “desfase faseado”: dosificar la ingesta de psicoactivos a lo largo del tiempo de salida, o realizan “consumos instrumentales”: conjugar distintas sustancias para nivelar efectos cruzados, regulando el “subidón” y el “bajón”.

Se trata de un tipo de consumo ocasional y recreativo realizado los fines de semana, sobre el que los jóvenes piensan que ejercen control y que valoran positivamente, que ven diferente al que realizan los consumidores diarios y adictos.

'RAVES' Y MACRODISCOTECAS

En el imaginario colectivo de los jóvenes hay una asociación directa entre las fiestas 'raves' y macrodiscotecas y el consumo excesivo, ambos coincidentes en el hecho de que facilitan una estrecha relación entre la música electrónica y el consumo intensivo de alcohol y otras sustancias, especialmente MDMA.

Esta combinación entre drogas, música electrónica y marea de cuerpos bailando al unísono, convierte a estos lugares en espacios de diversión y placer casi garantizada para los jóvenes en lugares donde “hallar la felicidad de un buen ambiente y diversión en comunidad”.

Este placer de fundirse con los demás es precisamente una de las motivaciones principales que refieren los jóvenes que participaron en la investigación para explicar el consumo intensivo.

La búsqueda de experiencias placenteras, consideradas “libres” e “independientes”, “nuevas” y “transgresoras” con respecto al orden diario son motivos recurrentes en los y las jóvenes para explicar el consumo intensivo, en las que el grupo aparece casi siempre como trasfondo.

Se buscan experiencias compartidas, consumos colectivos que refuercen la pertenencia al grupo y lo consoliden. Lo contrario, el consumo individual, deja de entenderse como un consumo normalizado y su valoración se acerca más al consumo adictivo y dependiente asociado al exceso.

La forma de consumo en las 'raves' y macrodiscotecas varía con respecto a las noches de “tranquileo”, salidas asociadas a bajos consumos y a menos expectativas de diversión pero que de forma no prevista pueden convertirse en noches de “desfase”.

En cuanto a los tiempos, comienzan en casas particulares o bares con consumos suaves, para continuar en discotecas con un consumo de mayor intensidad donde practican ese “desfase faseado”. Los consumos finales en casas de amigos durante el “mañaneo” vuelven a tener de nuevo un carácter suave.

(SERVIMEDIA)
29 Mar 2017
SRZ/caa