Herrera hizo esta declaración en el marco del XVI Congreso Autonómico del PP de Madrid, donde valoró los resultados de las primarias para sucederle en la Presidencia del PP de Castilla y León, en las que el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, se ha impuesto con el 67,59% de los votos, por delante del 31,50% que cosechó el alcalde de León, Antonio Silván.

“Yo me he reconocido durante todos estos días como un hijo del dedazo, yo soy un hijo del dedazo”, manifestó Herrera, aunque señaló que “el producto no ha salido del todo mal” y dijo que ayer pudo hablar con Mañueco y Silván, a quienes transmitió que “los dos pasaréis a la pequeña historia del PP en Castilla y León como aquellas personas que echaron la ‘pata’ para adelante para oír y para que se expresaran los afiliados y militantes”.

Se trata de “la primera vez que le dimos voz a los militantes para predeterminar lo que luego tiene que confirmar el Congreso”, detalló Herrera, que admitió estar “de acuerdo al 100% con Cristina (Cifuentes) de que esto es un avance, de que es positivo, de que nos hace mejores y de que nos hace más fuertes”.

En este sentido, reconoció que este proceso de primarias “tiene un riesgo aparente de desunión o de división”, pero hizo hincapié en que “somos lo suficientemente sensatos como para saber lo importante que es mantener el partido unido, firme y disciplinado”, por lo que “lo más importante es que el próximo 1 de abril el que gane sea el PP de Castilla y León”, y para ello “hay que tomar una buena nota de lo que los afiliados nos han dicho y estoy convencido de que entre todos lo vamos a hacer muy bien”.

Por último, sobre un posible problema de bicefalia en el partido, Herrera opinó que “lo que va a prevalecer para todos es el contrato que tenemos con los castellanos y los leoneses, que es un contrato vigente hasta el año 2019”, ya que “estas cosas de la bicefalia dependen también del talante de las personas”, y señaló que “es bastante peor la situación de aquellos partidos que no tienen ni una cabeza”.