Maroto hizo estas declaraciones en una entrevista a Servimedia ante la reunión de este jueves del portavoz de Ciudadanos en la Asamblea regional de Murcia, Miguel Sánchez, con el presidente de la Región, al que le reclama que dimita por estar citado el lunes a declarar en el Tribunal Superior de Justicia como investigado en el denominado ‘caso Auditorio’. La intención del mandatario regional de Ciudadanos es pedir en este encuentro a Pedro Antonio Sánchez “que se eche a un lado por la estabilidad” de esta comunidad autónoma.

A este respecto, Javier Maroto opinó que “hay que ser justos y no justicieros”. “Deseo que el portavoz de C’s en Murcia aplique la receta de Rivera de que una cosa es meter la pata y otra meter la mano. Eso lo entiende todo el mundo y legitima el discurso de C’s y creo que eso también es hacer justicia”, enfatizó el vicesecretario general de Sectorial.

Tras decir que los pactos rubricados con la formación naranja fueron “útiles”, criticó que este partido haya ido virando su discurso en los últimos meses sobre el momento procesal en el que un político debe abandonar su cargo al ser investigado por los tribunales. Argumentó que el presidente murciano ya ha pasado otras veces “por el mismo aro” y en todos los casos “ha salido absuelto”.

“No se puede perseguir ni castigar un error, aunque acabe en los tribunales, por meter la pata”, expuso, para a renglón seguido insistir en que este caso no es equiparable a otros de corrupción que han puesto “los pelos de punta” al conjunto de la ciudadanía.

Sostuvo que “uno puede errar en el ejercicio de sus funciones y eso hay que revisarlo y evidentemente hay que rendir cuenta ante los ciudadanos”. Otra cuestión, dijo, “es llevárselo crudo a casa y nadie en este caso ha dicho que ha metido la mano” Pedro Antonio Sánchez.

En todo caso, remarcó, aquí se está hablando de si ha habido o no errores administrativos, “aunque de ellos se puedan derivar presuntos delitos”. Por ello, hizo hincapié en que en este caso debe imponerse la frase que dijo el propio Rivera de que “una cosa es meter la pata y otra la mano”. “Ya las consecuencias deben ser distintas”, apostilló.