El programa de la candidatura de Sánchez a las primarias socialistas contempla la "obligatoriedad de consultar a la militancia los acuerdos de gobierno, dejando la regulación por parte del Comité Federal de otros asuntos de especial transcendencia", y un "derecho de iniciativa política de los militantes" que discutirán órganos superiores al local.

En cuanto a la selección de candidatos para las elecciones en las diferentes instituciones representativas a todos los niveles, "participarán tanto la militancia como los simpatizantes", y siempre garantizando la paridad y las listas cremallera

en las candidaturas, "los cabezas de lista a los diversos niveles institucionales de elección democrática en poblaciones con más de 10.000 habitantes serán elegidos en elecciones primarias abiertas a todos los militantes y simpatizantes".

El programa de Sánchez también establece "sistemas de elección directa para delegados por federaciones a congresos o conferencias políticas" y "mecanismos de remoción de los órganos y cargos orgánicos, en situaciones muy excepcionales de pérdida de confianza o negligencia en el cumplimiento de las funciones encomendadas, mediante mecanismos de participación de los militantes, regulando las situaciones de interinidad que se produzcan a consecuencia de ello, estableciendo plazos precisos y competencias concretas". En concreto, ninguna gestora podrá durar más de 90 días.

Por otra parte, Sánchez propone que "todos los cargos electos del PSOE, a todos los niveles, deberán rendir cuentas de modo obligatorio, sancionable y periódico (como mínimo anualmente) de su gestión a los ciudadanos, mediante la apertura de procesos públicos y participativos".

El ex secretario general también impide la acumulación de cargos, de forma que un militante no podrá desempeñar más de un cargo institucional de elección directa y tampoco más de un cargo orgánico ejecutivo.

En la parte de fondo, la candidatura de Sánchez recalca que el PSOE tiene que "desarrollar la unidad de acción de todas las fuerzas que coincidan en la necesidad de desarrollar una democracia avanzada en lo político y en lo económico que haga progresar la justicia social", tanto partidos, como podría ser Podemos, a quien no le menciona, como sindicatos u organizaciones sociales.

El programa del equipo de Sánchez también reprueba "los acontecimientos que culminaron en las reuniones del Comité Federal de octubre de 2016" y "la extralimitación en sus funciones de una Gestora nombrada y mandatada de un modo que no se corresponde ni con las reglas, ni con la cultura socialista, ni con los criterios democráticos básicos habituales", y cuyo desempeño ha "agravado una crisis interna que hay que cerrar cuanto antes".

En su reflexión sobre la socialdemocracia, aunque el texto resalta los avances de los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, considera que "estos logros están ya agotados como proyecto, entre otras razones porque muchos de los objetivos propuestos en su día se alcanzaron en la práctica".

Ahora, estima, sin renunciar a ese legado se ha de aumentar la "participación y el empoderamiento de la militancia, la transparencia, la eficacia, la apertura a la sociedad española y a las organizaciones progresistas y la rendición

de cuentas", que "serán señas de identidad de una nueva época".

EL PSOE, en suma, seguirá siendo "el partido que aspira a representar a todos los trabajadores y trabajadoras, el partido de los no privilegiados, de los que sufren carencias, postergaciones y dominaciones injustas", pero añadirá ideales como la igualdad de género, la sostenibilidad ecológica y la democracia social.