Así lo expresó, en declaraciones a los periodistas, el concejal de San Clemente (Cuenca) Francisco Risueño, que ayer defendió una enmienda en la que citaba directamente a Cospedal, que actualmente es presidenta del PP de Castilla-La Mancha, secretaría general del PP y ministra de Defensa, para impedir que la ‘numero dos’ de los populares pudiese mantener estos puestos.

En un congreso marcado por los llamamientos a la unidad, el PP escenificó una división a la hora de votar uno de los asuntos que generaba más expectación en la víspera de este cónclave.

La enmienda de Risueño fue rechazada en la ponencia política y de estatutos con 303 votos a favor, 328 en contra, y 8 abstenciones. Este resultado, sumado a que también se han tumbado otras enmiendas que versaban sobre esta cuestión, permite a Cospedal mantener sus tres cargos.

Ante esta situación, Risueño defendió su derecho a conocer “qué pasó en la votación”, ya que dijo haberse enterado por la prensa del resultado del escrutinio. Insinuó que esta actitud del “aparato” del partido se debe a que intuían que les iban a “silbar y abuchear”.

“El recuento lo hace gente del aparato del partido. Si dicen que ganaron por 25 votos no voy a dudar del resultado, porque no tengo pruebas para ello. Ahora bien, voy a pedir los vídeos porque había cuatro cámaras de TV ahí dentro. Con los medios técnicos que tenemos somos capaces de saber cuántos votos tuvo cada candidatura”, sentenció.

Aseveró que Cospedal tiene una “deuda política y vitalicia” con el vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Fernando Martínez-Maíllo, ya que “decir que a ojos de la Mesa una enmienda queda rechazada es propio de otros países que criticamos muy lógicamente”.

Risueño elevó el tono para exclamar que lo sucedido ayer en la votación de la enmienda “pone en duda la legitimidad” de la misma. “El partido, con cuatro cámaras de televisión, puede saber cuántos votos tuvo a favor y cuántas en contra”.

Por último, comentó que de lo sucedido “debe tomar buena nota” el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, y todo el “aparato del partido”.