Tras asistir a un acto en Madrid, Rodríguez Zapatero afirmó que el Gobierno “debe intensificar con todos los partidos estatales” el diálogo y que “habría que hacerlo de una manera rápida” y “con un plan encima de la mesa”.

En este sentido, reconoció que “hay que ser objetivo”, porque “no es fácil” la situación que tiene por delante el Ejecutivo. “Deberíamos intentar una perspectiva más amplia de cada hecho concreto que va a pasar, y está pasando, a tenor de los anuncios” que hacen las fuerzas catalanes.

El expresidente consideró que se debería “tener un plan en el que pudieran volcarse ideas, iniciativas jurídico-políticas de aproximación, a las que pudieran contribuir expertos, de los muchos en esta materia que han venido escribiendo y publicando (opiniones), y llevar el debate a un terreno no sólo de la estricta competencia política y de la emotividad identitaria, que siempre es un terreno difícil para sentarse, sino a un terreno dedicado a ver los problemas estructurales y las posibles reformas jurídicas innovadoras que pudieran hallar”.

Declaró que se debe “confiar” en las instituciones y en el Estado de Derecho y se refirió también al “respeto que hay que tener a las leyes y lo que dicen los tribunales”.

“Desearíamos que este fuera un hecho que no produjera otras consecuencias mas que el estricto respeto a la legalidad de lo que fue y ha sido un procedimiento judicial”, agregó cuando se le preguntó por el inicio del juicio contra los responsables del 9-N, que ha sentado en el banquillo al expresidente catalán Artur Mas y a las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau.

No obstante, el exjefe del Ejecutivo hizo una “reflexión de fondo” sobre la situación con Cataluña, en la que concluyó que “es absolutamente necesario que haya un plan de diálogo, activo, compartido por las fuerzas políticas estatales, y que se ponga en marcha de manera inmediata un plan de diálogo dirigido a la sociedad catalana, en primer lugar, y a las fuerzas políticas”.

A su juicio, en estos momentos en los que la recuperación económica tiene “cada vez más perspectivas de ser una realidad, la cuestión de España es, en gran medida, el futuro de la relación de España con Cataluña.”

En este sentido, apostó por “ir a las cosas concretas” mas que a las “esencias”, si bien reconoció que “no es fácil” la labor que se presenta. “Va a ser una tarea compleja y ardua para afrontar por el Gobierno; lo sería para cualquier gobierno, pero le corresponde a este afrontarlo”, comentó.