“Falta de tacto”, “irrespetuoso” o “subida de tono” fueron alguno de los calificativos que utilizaron los letrados para definir la conducta de Guevara, que protagonizo los momentos más tensos del juicio que se sigue contra los presuntos etarras Igor Portu, Mikel San Sebastián y Mattin Sarasola, acusados de ser los autores materiales del atentado, que tuvo lugar el 30 de diciembre de 2006.

Entre otras intervenciones, las personas que asistieron al juicio se quejaron de la “falta de sensibilidad” con la que el magistrado se dirigió a la madre de Diego Armando Estacio, una de las dos víctimas mortales de la acción terrorista. La madre, visiblemente nerviosa, no acertó a contestar con claridad a la pregunta de si dependía económicamente de su hijo, por lo que el presidente del tribunal decidió tomar la palabra.

Guevara, tras reformular de forma cortante la pregunta, acabó espetando a la testigo: “o si o no, más sencillo agua”. Poco después, Guevara dispensó el mismo trato a una de las personas que resultó herida en la explosión y que asistió a la vista oral para declarar como testigo.

El testigo giró la cabeza para escuchar las preguntas que le dirigía uno de los abogados, que se encontraba en la parte de atrás de la sala de vistas. El presidente de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal le recriminó que le diese la espalda: “míreme a mí, que soy la presidencia, esta cara es la que tengo, no tengo otra”.

Guevara también tuvo sus más y sus menos con los propios abogados. “Vamos a procurar preguntas que sirvan a la causa, esto poco tiene que ver con el esclarecimiento de los hechos”, le dijo a unos de los letrados el presidente, quien acabó añadiendo “no proteste ni intente dialogar conmigo”.