En el citado encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum, García-Escudero comenzó su intervención trasladando a Italia, en nombre del pueblo español, el “afecto” y la “solidaridad” por las tragedias provocadas por los terremotos y los fenómenos meteorológicos que han sacudido el país transalpino en los últimos días.

A continuación, glosó las virtudes de Grasso, de quien destacó que en sus cerca de 40 años de servicio público ha puesto la fuerza de la ley y del Estado de derecho al servicio del bien de su país.

Recordó que del actual presidente del Senado italiano se ha dicho que es el continuador de la “lucha sin cuartel” contra el crimen organizado que llevaron a cabo los malogrados jueves Falcone y Borsellin, asesinados a manos de sicarios de la mafia.

García-Escudero unió a España e Italia en la lucha contra el terrorismo de ETA y la mafia, respectivamente, para uncirlos como dos países que han combatido aquellos males que intentaron “penetrar en la sociedad”, “romper la convivencia” y “desafiar el Estado de derecho”.

Esto le sirvió para agradecer la labor de personas como Grasso que, arriesgando su propia vida en aras de la convivencia, abrieron la senda de un camino del que “todos nos beneficiamos”. Al mismo tiempo, explicó que su desembarco en la política no tiene como objetivo “acaparar ambiciones ni saciar vanidades”.

Agradeció que haya dado este salto desde la judicatura hasta la política en “un tiempo de encrucijada” en formas de “sorpresas” como el ‘Brexit’, “dudas” sobre el proyecto europeo, “falta de respuestas” ante el drama de los refugiados, la exacerbación de los más bajos instintos, políticas proteccionistas y la amenaza del yihadismo.