Según el artículo, que ha recogido Servimedia, "tras una inicial revaloración de Azaña (oportunista y sin otra finalidad que neutralizar un símbolo democrático), con el Gobierno popular se apoyó a pseudohistoriadores negacionistas dedicados a deslegitimar a la República y a exaltar otra vez el franquismo".

Para él, la derecha española "sigue anclada ideológica y sentimentalmente a la dictadura", y "ése es el trasfondo político de la persecución policial contra Baltasar Garzón". García Fernández aclara que la Ley de Amnistía "no iba dirigida fundamentalmente, como se dice en algunos ámbitos judiciales, a olvidar la represión de la dictadura", sino sólo a "amnistiar comportamientos políticos a favor de la democracia que eran delito" durante la misma. Por tanto, esta norma "no impide indagar la represión franquista".

Pese a ello, el autor considera que la izquierda "ha sido extremadamente prudente al tratar la Guerra Civil y la dictadura", tanto por lo "complaciente" que fue con ésta la Ley de 1977 como por lo "muy restrictivamente" que se aplicaron los criterios para cambiar el nombre de las calles.

Y que ahora, más a Garzón, "lo que se pretende encausar" es "la prudente (tan prudente que a algunos les parece tímida) operación dirigida por el Gobierno para condenar de forma indubitada la dictadura de Franco".

El catedrático se pregunta "qué derecha democrática europea rechazaría homenajear a las víctimas de sus respectivos fascismos" y atribuye el que el PP no lo haga a que "no se desea llevar la contraria" a sus electores de procedencia franquista.

En cualquier caso, rechaza que los populares "invoquen una Ley de Amnistía que no votaron y una Transición en la que entraron a regañadientes" e insinúa que su queja de que la defensa de la memoria histórica pretende "marginar a media España" sólo puede deberse a que "sepan de buena tinta que todos sus electores se identifican con el franquismo".