Las empresas familiares encuestadas reconocen una alta o muy alta afectación por los efectos de la crisis económica (35%), mientras que un 19% afirma que la crisis no ha afectado a los puestos de trabajo en su empresa. Sin embargo, un 44% de las empresas encuestadas asegura haber sufrido una baja o mediana afectación.

Por otro lado, el sector financiero, junto con el sector de construcción, aparece, según la opinión de los empresarios familiares, como el gran detonante de la crisis económica.

En este sentido, cabe destacar que el 52,1% de los encuestados lo identifica como el principal desencadenante, mientras a la construcción lo señalan un 31,7%.

No obstante, a pesar de la actual situación de crisis económica, los empresarios familiares se muestran más optimistas sobre los plazos de la salida de la crisis en el caso de sus empresas que a nivel global.

Algo más de un 60% de los encuestados considera que su empresa saldrá de la crisis en los próximos tres años, y un 21% percibe que su empresa lo logrará en los próximos doce meses.

A nivel global, menos de la mitad de los empresarios considera que se tardará entre uno y tres años en superarla, y otro 33,5%, que será entre tres y cinco años.

Este optimismo también se refleja en el deseo de continuidad de las empresas familiares. El dato más positivo de la encuesta revela que un 87% de los encuestados confía en el futuro de los proyectos empresariales de sus familias y no estar pensando en vender su empresa familiar. En el caso de tener que vender, casi un 62% confiesa que empezaría un nuevo proyecto empresarial.