Los ecologistas denunciaron que “la Junta de Castilla y León se ha mostrado favorable a la instalación del cementerio nuclear en Castilla y León si el Gobierno de la nación da marcha atrás a su plan de cierre de la central nuclear de Garoña”, de ahí que quisieran participar en la fiesta del Día de la Comunidad para reivindicar que la instalación del ATC no se lleve a cabo.

“Esta política, además de ir en contra de la seguridad y la salud pública de los castellanos y leoneses, echará tierra sobre las inversiones millonarias que la Junta ha gastado en la promoción de los productos agroalimentarios y del turismo en Castilla y León”, indicaron.

Con este acto pidieron a Herrera que “actúe con firmeza en defensa de sus ciudadanos y se oponga de forma rotunda a que Castilla y León albergue el almacén centralizado de residuos radiactivos de alta actividad de las centrales nucleares españolas”.

Además, la Plataforma Anticementerio Tierra de Campos Viva hizo entrega de una carta al presidente regional, en la que se le pidieron que rechace el cementerio nuclear “con la misma contundencia que lo han hecho los presidentes de Castilla La-Mancha y Extremadura”.

REPARTO DE FOLLETOS

A lo largo de todo el día los grupos opuestos al almacén de residuos nucleares de alta actividad repartirán, entre los visitantes de Villalar, folletos informativos y miles de postales con un mensaje dirigido a Herrera, en el que se le pide que se oponga al ATC.

El que lo desee podrá hacerle llegar este mensaje por correo o depositando la postal en un ataúd que se encuentra instalado en la campa y que simboliza la muerte de Castilla y León.

El ataúd es el mismo que recorrió las calles de Valladolid en la multitudinaria manifestación que contra el cementerio nuclear se celebró el 11 de abril y ya contiene miles de postales recogidas aquel día.

Desde que el 6 de abril las cuatro organizaciones presentasen la campaña publicitaria "Un cementerio nuclear no es vida", son miles las postales que se han repartido por toda Castilla y León para denunciar el daño que la instalación nuclear causaría al turismo y a los productos agroalimentarios de la región, explicaron desde las asociaciones conservacionistas.