La jornada transcurrió con tranquilidad, sin incidentes ni polémicas entre los diferentes portavoces de los partidos, pero justo antes de la votación hubo un rifirrafe del portavoz parlamentario popular, Rafael Hernando, con Iglesias que acabó con los diputados de Podemos marchándose del Hemiciclo en señal de protesta.

Hernando acusó a los dirigentes de Podemos de haber cobrado cuatro millones de dólares del Gobierno de Venezuela, lo que motivó la protesta de Iglesias y la solicitud de un turno de palabra extraordinario por alusiones de acuerdo al artículo 71.1 del Reglamento de la Cámara Baja.

Ana Pastor pidió a Hernando que retirase su acusación del Diario de Sesiones pero el portavoz popular no lo hizo. Entonces, Iglesias insistió en tomar la palabra para responder, pero la presidenta de la Cámara le denegó el turno y le acabó llamando al orden por hablar sin tener activado el micrófono.

Iglesias se levantó entonces del escaño y dio la orden a todo el Grupo Parlamentario de Unidos Podemos de marcharse del Hemiciclo como signo de protesta, aunque volvieron pocos minutos después cuando llegó el momento de la votación en la investidura.

Terminado el debate, Pastor se mostró orgullosa de cómo había gestionado la situación, pese a que Podemos la acusó de vulnerar el Reglamento, y dijo a los periodistas estar tranquila cuando le preguntaron en los pasillos. “Sí, la verdad es que sí, muchas gracias”, afirmó la presidenta del Congreso sobre si se sentía satisfecha con la resolución del incidente.