La admisión a trámite salió adelante con 340 votos a favor de otros tantos emitidos, sin abstenciones ni votos en contra. En cambio, a la tramitación de urgencia se objetaron 7 abstenciones.

La proposición reforma la Ley Orgánica del Régimen Electoral General para que, en los casos de convocatoria electoral por expiración del plazo constitucional sin investidura de un presidente del Gobierno, transcurran 47 días en vez de 54 entre la convocatoria y la celebración de los comicios y la campaña dure una semana en vez de dos.

Una vez tomada en consideración y aceptada la tramitación urgente y en lectura única, los grupos presentarán sus enmiendas parciales y el próximo jueves se votará la aprobación en pleno para ser enviada con el mismo procedimiento al Senado.

La iniciativa fue presentada por el diputado del PP Juan Carlos Vera, que rechazó las acusaciones de los demás portavoces asegurando que la única pretensión es evitar más molestias a los ciudadanos por la incapacidad del Congreso para cumplir su obligación de investir a un presidente.

Anunció además que su grupo presentará una enmienda para reducir “de forma significativa” el techo de gasto y las subvenciones por votos y escaños de forma que la repetición de las elecciones sea “más austera”. En ese sentido, pidió a los demás partidos que renuncien a presentar enmiendas que busquen las reformas pretendidas pero que no tienen “nada que ver” con ese objetivo inmediato.

EL PSOE, "SIN ENTUSIASMO"

El diputado del PSOE Gregorio Cámara culpó al PP del “entuerto” generado con la elección de la fecha en la que Mariano Rajoy se sometió a la primera votación de investidura y que comportaba la repetición de elecciones, en su caso, el día de Navidad. Los socialistas, dijo, respaldarán la reforma “aunque sin ningún entusiasmo”.

En nombre de Unidos Podemos, Carolina Bescansa acusó al PP de pretender “que entre todos arreglemos sus desaguisados” después de perpetrar “una macarrada” en el intento de presionar al PSOE para que cediera a la investidura de Rajoy con la amenaza de unas nuevas elecciones en Navidad.

Acusó a ese partido de “romper la baraja” por no estar de acuerdo con la realidad, un planteamiento “vergonzoso” de “niños malcriados” aunque después ellos mismos se dieron cuenta “del disparate” y trataron de rectificarlo.

Ciudadanos respaldó la reforma con el objetivo, según explicó Ignacio Prendes, de “evitar un disparate”, aunque no creen que algo de tal calado se pueda debatir y aprobar de forma “exprés”.

En nombre de ERC, Joan Tardà dijio que la capacidad del PP para “montar este gran espectáculo” es proporcional al grado de cabreo de los ciudadanos al ver cómo los poderes económicos, los medios de comunicación de su propiedad y el PSOE permiten que Rajoy siga gobernando.

Si tuvieran “dos narices”, dijo a los diputados del PP, retirarían esa iniciativa y evitarían un “maltrago” que se debe solo al intento de “aparentar lo que no es” o al temor de no tener aún el “sí definitivo al matrimonio de conveniencia” que implica la abstención del PSOE a la investidura. “Estamos muy indignados con ustedes”, dijo después al portavoz socialista, Antonio Hernando.

Mikel Legarda, del PNV, accedió también a la tramitación de esa reforma y anunció que sus enmiendas serán sobre el objeto de la reforma y no sobre otras cuestiones generales de la ley que no proceden en el actual momento.

Desde el PDC, Jordi Xuclà anunció que sus enmiendas reclamarán mejorar el voto de los residentes en el extranjero. También UPN anunció enmiendas para “mejorar” el texto del PP.