El Centro de Investigaciones Sociológicas dedica en su última encuesta, correspondiente a diciembre de 2004, un apartado sobre la puesta en marcha de esta medida, que al 44,8 por ciento de los encuestados le parece bien, al 26,2 por ciento muy bien y sólo al 7,7 y el 3,3 por ciento mal o muy mal, respectivamente.

Entre los que responden que se trata de una iniciativa mala, la mayoría, el 36,4 por ciento, lo hace porque considera excesivo el castigo por infracciones leves o involuntarias, y el 16,4 por ciento porque no es adecuado para conductores profesionales, el mismo porcentaje de los que opinan que no es eficaz.

Otras de las razones que esgrimen los ciudadanos contrarios al carné por puntos es que se parte con pocos y es fácil perderlo, según el 10,9 por ciento; y que se hace por afán recaudatorio y para beneficio de las escuelas de conducción, como sostiene el 8,2 por ciento.

En cuanto a la valoración de la gravedad de las infracciones, circular en sentido contrario es para los encuestados la peor, con un 9,76 sobre 10, seguida de conducir con una tasa de alcohol superior a la reglamentaria, con un 9,41.

No respetar un semáforo en rojo, que recibe un 9,33; y circular sin alumbramiento en situaciones de falta de visibilidad, con un 8,9, son otras de las imprudencias que los ciudadanos ven más graves.

En cambio, son más flexibles con no mantener la distancia de seguridad y conducir sin cinturón, que puntúan con un 8,14 y con parar o aparcar en zonas destinadas a transporte público, con un 6,31.

Con todo, casi todos los encuestados conocían el anteproyecto del Gobierno para establecer el carné por puntos, el 92,7 por ciento, y el 37,5 por ciento sabe que se parte de 12 puntos, aunque el 40,9 por ciento no conoce la cifra.

LA CULPA, DEL ALCOHOL

Sobre la causa de los accidentes de tráfico, los encuestados creen que lo que más influye es haber bebido en exceso, con un 9,01 sobre 10, conducir "haciendo el loco", con un 8,71; y no respetar las normas de tráfico, que se puntúa con un 8,2.

Le siguen los errores y distracciones de los conductores, el exceso de tráfico en las carreteras, utilizar coches demasiado potentes, la mala preparación de los conductores, el mal estado de las carreteras y, por último, la abundancia de vehículos pesados en las vías.

El 67 por ciento de los ciudadanos achaca la responsabilidad fundamental de procurar que haya menos accidentes a los conductores, y sólo el 7 por ciento a las autoridades, mientras que el 24,4 por ciento considera que compete a ambos.

Por último, el 39,7 por ciento de los encuestados se manifiesta de acuerdo con la opinión de que los jóvenes conducen de manera muy imprudente, el 25,2 por ciento se muestra muy de acuerdo y el 20,9 por ciento, en desacuerdo.

La encuesta fue realizada con 1.004 entrevistas en 188 municipios y 50 provincias, entre el 15 y el 20 de diciembre del año pasado, con un margen de error de más menos 3,16 por ciento para un nivel de confianza de 95,5 por ciento.