Correa reconoció que fue él, en primera persona, quien decidió tener cuentas en Suiza con el fin de evadir el pago de impuestos por su fortuna personal. También admitió que era el propietario de todas esas compañías en el extranjero, aunque no reconociera sus nombres porque “no estaba en la gestión diaria de las empresas”.

En todo caso, dijo, "yo no tenía ninguna conciencia de estar cometiendo ningún delito", pese a lo cual aseguró que lo está “pagando y pido disculpas públicamente al tribunal y al ministerio público” por su actuación que le ha tenido en prisión preventiva cerca de cuatro años. A su juicio, todo el caso “se ha magnificado” y los hechos que se juzgan “no son tan importantes”. De hecho, consideró el acusado, “si no hubieran tenido connotaciones políticas el juez Garzón me tenía que haber llamado, dado un tirón de orejas importante y las empresas debían seguir funcionando".

En su declaración en el juicio, Correa dejó claro su resentimiento hacia el exconcejal José Luis Peñas, que le grabó durante dos años y delató la trama a la Fiscalía Anticorrupción. Le describió como un amigo íntimo y relató la traición: "Es un hombre que estaba todos los días en casa, tenía tu hija en sus brazos. Tu hija le llama tío Pepe… y el tío te está grabando. Alguien que estuvo viviendo, comiendo y cenando dos años en tu casa me estaba grabando para luego denunciarme. Sobran las palabras".

En relación a las afirmaciones hechas por la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, Correa dijo que "el origen de 'Gürtel' no es el que dice Esperanza Aguirre. Esta señora está absolutamente equivocada. El origen está en Majadahonda y lo descubre el caído en desgracia Guillermo Ortega. Este escándalo nacional sale de Majadahonda", sentenció.