Antes de perpetrar los actos delictivos, algún integrante del grupo se personaba en el local seleccionado para verificar el tipo de medidas de seguridad del establecimiento, según informó en un comunicado la Policía.

Los arrestados usaban armas de fuego o bien armas blancas para amedentrar a las víctimas, a las que golpeaban e inmovilizaban utilizando bridas y cintas de embalar.

Tras realizar los atracos, los detenidos remitían las piezas sustraídas a sus países, utilizando para ello diferentes servicios postales o de mensajería privada.

Además, simultaneaban los atracos en las joyerías con los robos a clientes de entidades bancarias por el procedimiento del "cogotazo", así como a comerciales de empresas privadas, a los que asaltaban para apoderarse de las recaudaciones y nóminas.

Durante el registro domiciliario a los delincuentes, los agentes se incautaron de 2.720 euros en efectivo, ropa sustraída, un documento falso, varios pasaportes falsificados, placas de matrícula robadas y armas blancas.