En su primera visita a España, Grandi señaló en una rueda de prensa en Madrid que la Unrwa tiene el mandato de proteger a los refugiados palestinos que huyeron de sus casas en 1948, año de la creación del Estado de Israel, y sus descendientes, asentados en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y Gaza.

A todos ellos proporciona servicios de salud, educación (gestiona 700 escuelas para unos 500.000 alumnos), servicios sociales y la concesión de microcréditos para los pequeños empresarios.

Grandi señaló que estos refugiados abarcan "entre un tercio y la mitad" de toda la población palestina y para ellos la Unrwa es "como un Estado porque ellos no tienen Estado".

El comisionado general de la Unrwa comentó que "se saben las soluciones" políticas para erradicar el contencioso entre Israel y Palestina, pero recalcó que deben ponerse encima de la mesa.

En este sentido, consideró "capital que todas las discusiones del proceso de paz incluyan a los refugiados. Un futuro que se decida si una parte importante de la población palestina no será sólido".

Por otro lado, Grandi aseguró que la Unrwa iba a contar con un presupuesto ordinario de unos 600 millones de dólares (unos 445 millones de euros) para este año, pero finalmente tendrá unos 450 millones de dólares (unos 335 millones de euros) de aportaciones voluntarias de los países.

"Es una situación dramática porque si no recibimos más, tendremos que cortar actividades y será una señal muy negativa para los refugiados", añadió.

Por último, Grandi subrayó que la labor de la Unrwa "se ve seriamente obstaculizada por la escasez de fondos", lo que ha obligado a incluir alumnos en aulas masificadas de 50 escolares y a que el año pasado los médicos atendieran unos diez millones de consultas, con un promedio de dos minutos por paciente, y no pudieran realizar servicios relacionados con el cáncer de mama o la fisioterapia para niños con discapacidad.