Los últimos datos de la FAO, correspondientes al año 2007, estiman que el sector genera al año unas 1.969 millones de toneladas de CO2.

De ellas, 1.328 millones se atribuyen a la leche, 151 millones a la carne de animales sacrificados y 490 millones a terneros criados para la producción de carne.

Considerando solamente la producción, elaboración y transporte de leche a nivel mundial (excluyendo la producción de carne), el sector contribuye a un 2,7% de las emisiones antropogénicas mundiales. La media mundial de emisiones por kilogramo de leche y productos lácteos asociados asciende a 2,4 kilos de CO2.

METANO

Según este organismo de la ONU, el metano contribuye a la mayor parte del impacto de la leche sobre el calentamiento global, ya que supone en torno a un 52% de sus emisiones en los países desarrollados y en desarrollo.

El informe, titulado "Emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del sector lácteo", abarca todos los principales sistemas de producción lechera, desde los rebaños de pastores nómadas a las operaciones lácteas intensivas.

Se centra en toda la cadena alimentaria láctea, incluyendo la producción y transporte de insumos (fertilizante, pesticida y pienso) utilizados para la producción lechera, las emisiones en las granjas y las emisiones asociadas al procesado y envasado de leche, así como el transporte de productos lácteos a los minoristas.

El "siguiente paso" de la FAO es utilizar un enfoque similar para cuantificar las emisiones asociadas con otras importantes especies ganaderas, incluyendo el búfalo, las aves de corral, los pequeños rumiantes y los cerdos.