Así lo subrayó la organización católica durante la presentación de su 'Memoria Confederal 2015', que muestra algunos síntomas de mejoría, como que son 693.000 hogares los que no reciben ingresos; la reducción de los hogares con todos sus activos en paro (que ha pasado del 10% en 2014 al 10%), o que la tasa de desempleo haya pasado del 25% del segundo trimestre de 2014 al 20% en el mismo trimestre de este año.

Aunque progresivamente Cáritas ayuda a menos personas (en 2013 en España superó a 2,5 millones), quienes llaman a su puerta necesitan más apoyo pues sufren la pobreza “de forma más intensa”, como muestra el incremento hasta 328,6 de los millones invertidos en 2015 para apoyar a 1.974.000 personas en España, y 2.080.000 en los países del Sur. “Esos datos no nos pueden hacer echar las campanas al vuelo”, aseveró Sebastián Mora, secretario general de Cáritas.

De hecho, según subrayó durante el acto de presentación de la memoria, se ha tenido que incrementar las ayudas que reciben los usuarios y se han percibido algunos indicadores alarmantes como el aumento de las personas solas: un 6% en el último año y un 50% desde 2011. Actualmente suponen casi una de cada tres personas atendidas por la organización.

FAMILIAS ATENDIDAS

Mora también se refirió a que hay más familias monoparentales atendidas, un 5% en el último año y un 90% más desde 2011. Este tipo de familias suponen el 19% de las familias atendidas por Cáritas.

Asimismo, las familias con hijos a su cargo acompañadas por Cáritas han vuelto a subir en el último año y son ya el 42% del total de las familias atendidas. Por todo ello, calificó la mejoría de “frágil y superficial”.

Mora atribuye este proceso de “dualización” y de “fractura de lo social” al olvido de las personas que se quedan “en otra orilla”, algo que se percibe especialmente en algunos colectivos como los inmigrantes temporeros, las mujeres víctimas de trata por explotación sexual, las personas sin techo y los migrantes con una situación sobrevenida en situación de indocumentación.

FALTA DE GOBIERNO

Todos ellos, agregó, quedan “fuera del discurso” oficial. “La falta de estabilidad, de un Gobierno que legisle y que genere presupuestos es clave para todos los procesos sociales, y evidentemente para los que están en una situación más frágil”, aseveró.

Cáritas, insistió Mora, “está viendo con mucho dolor” cómo “las personas empobrecidas están empobrecidas también en el discurso político”, pues mientras permanece el sufrimiento “igual” entre los más vulnerables, éstos “no están” en las negociaciones de los pactos. Por todo ello, parafraseando a los obispos, apeló a los políticos a poner sobre la mesa “el diálogo y el bien común”.

“Los excluidos tendrían que ser el corazón de cada acuerdo de gobierno”, pues “más allá de votos, lo que tendría que estar en primer plano es la realidad de las personas empobrecidas”.

LA CARICIA DE LA IGLESIA

Durante la presentación se recordó la definición que el Papa hace de Cáritas como “la caricia de la Iglesia” a quienes peor lo pasan. En esta línea, el presidente de Cáritas, Rafael del Río, subrayó que tras las cifras están "los descartados, los últimos, los no atendidos".

“Nuestras cifras más valiosas son las personas que nos han confiado su vida, con las que juntos hemos creado nuestras oportunidades y esperanzas”, agregó, haciendo hincapié en que la organización ha tenido que incrementar de manera “más intensa” la ayuda.

El obispo responsable de Cáritas, Atilano Rodríguez, subrayó que el año jubilar de la misericordia impulsado por el Papa "ha sido un revulsivo en la Iglesia y en la sociedad española pensando en la integración de los excluidos". Asimismo, destacó "que haya tantos voluntarios" que son "la faz de la Iglesia", aunque lamentó que "si existen tantas personas que dedican tiempo a la atención de los demás es porque continúa habiendo muchos hermanos que necesitan ayuda".