Los abogados de ETA sometían a los presos, señalaban objetivos y cobraban el impuesto revolucionario
- El letrado Jon Enparantza recomendó atentar contra Iñigo Urkullu
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El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska asegura que los tres abogados detenidos en la última operación contra ETA “desarrollaban una labor en apoyo de la organización terrorista mucho más allá de las loables funciones de defensa ejercidas con carácter complementario”.
El juez acusa a los letrados Arantxa Zulueta, Jon Enparantza e Iker Sarriegi, no sólo de trabajar a las órdenes de ETA y de someter a los presos etarras a la disciplina de la banda, sino también de realizar otras labores como la de indicar posibles objetivos para atentados, fijar citas con la dirección de la banda o gestionar el cobro del “impuesto revolucionario”.
Grande-Marlaska hace todas estas afirmaciones en el auto por el que decretó este lunes el ingreso en prisión preventiva de cinco de los diez detenidos el pasado miércoles en la operación contra los supuestos “enlaces” entre ETA y los presos de la banda.
Además de Enparantza, Zulueta y Sarriegi, el magistrado decretó el ingreso en prisión de la profesora Saioa Agirre, portavoz del colectivo de apoyo a los presos etarras Etxerat, y de la ex etarra Naia Zuriarrain. Ambas trabajaban para los bufetes de abogados investigados por su presunta relación con ETA.
FRENTE DE PRESOS
El juez tomó esta decisión después de interrogar a los detenidos durante toda la jornada. A los cinco arrestados que ingresaron en prisión les imputa un delito de integración en organización terrorista por formar parte de “Halboka”, la subestructura creada por ETA en el año 2002 para “gestionar todo lo referente al colectivo de presos y su entorno”. De hecho, al igual que los etarras, los abogados empleaban alias y utilizaban para sus comunicaciones los sistemas de encriptación de la banda.
En cambio, el magistrado dejó en libertad bajo fianza y con la obligación de comparecer periódicamente ante los juzgados al ingeniero Asier Echave Azcue y a Juan María Jauregui Zalacain. Echave Azcue deberá pagar 12.000 euros de fianza si quiere eludir la prisión mientras que Jauregui Zalacain deberá abonar 30.000 euros.
Por último, el juez dejó en libertad sin medidas cautelares al veterano dirigente etarra José Domingo Aizpurua, alias “Pitxas”, debido a que ya ha sido condenado en Francia por un delito de asociación de malhechores.
Los otros dos detenidos en la operación del miércoles, Erramun Landa y José Luis Gallastegi, quedaron en libertad sobre las 15.00 horas de este lunes, tras declarar ante el magistrado de la Audiencia Nacional, por la debilidad de los indicios que pesan en su contra. Aún así, Grande-Marlaska les impuso la obligación de comparecer periódicamente ante los juzgados.
CENTRO LOGÍSTICO DE ETA
Grande-Marlaska asegura en el auto dictado este lunes que el despacho en el que trabajaban Enparantza y Sarriegi, situado en Hernani (Guipúzcoa), era en realidad un verdadero “centro logístico de distribución de documentos de ETA hacia los presos y a las estructuras de la banda terrorista”.
En este despacho, los agentes de la Guardia Civil encontraron una ingente cantidad de documentos “comprometidos” escondidos en lugares variopintos como en el interior de las sillas, en cajas de grapas, en perchas e incluso en el hueco de un aparato eléctrico para secarse las manos.
SEÑALAMIENTO DE OBJETIVOS
Entre el material encontrado en este despacho destaca un “pen drive” que contenía un documento en el que el Enparantza daba su opinión sobre la pertinencia de que ETA cometiese atentados contra altos cargos del PNV, citando expresamente al presidente del partido, Iñigo Urkullu.
En este sentido, a Arantxa Zulueta se le encontró, además de una ingente cantidad de material escrito, un documento digital en el que se recogían informaciones relativas a tres vehículos, a sus ocupantes y los itinerarios utilizados. En cuanto a Sarriegi, Grande-Marlaska asegura que, además de hacer de “correo” para la banda terrorista, se encargaba de la coordinación del colectivo de abogados.
Por último, el juez relaciona a Juan María Jauregi y Asier Echave Azcue con el cobro de la extorsión etarra. En el domicilio Jauregi, los agentes encontraron 44.000 euros en metálico divididos en sobres. “Ese dinero puede perfectamente estar destinado a albergar la financiación de ETA”, señala el juez.
LIBERTAD EN FRANCIA
Por otra parte, las autoridades judiciales francesas han dejado este lunes en libertad tras prestar declaración ante un juez de París a David Pla, detenido el pasado viernes en la localidad fronteriza de Hendaya. Las fuerzas antiterroristas españolas le consideraban el máximo responsable de la estructura de apoyo a los presos de ETA y uno de los dirigentes del aparato político de la organización terrorista.
El auto de Grande-Marlaska sitúa a Pla dentro la estructura terrorista y asegura que realizaba labores de “correo” para la dirección de ETA. En este sentido, Marlaska destaca que mantuvo el 17 de mayo de 2008 en la localidad francesa de Mimizan una “cita orgánica” con los etarras Jon Salaberria e Igor Suberbiola.
SEIS HORAS DE INTERROGATORIOS
Los interrogatorios comenzaron poco antes del mediodía. La primera en comparecer en el despacho de Grande-Marlaska fue Naia Zuriarrain, a la que siguieron Jon Enparantza, Arantxa Zulueta, Iker Sarriegi, Erramun Landa y José Luis Gallastegi.
Ya por la tarde, el magistrado tomó declaración a Asier Echave Azcue, Juan María Jauregui Zalacain, José Domingo Aizpurua y Saioa Agirre. Las comparecencias terminaron, después de seis horas de interrogatorios, sobre las 20.00 horas de este lunes.
(SERVIMEDIA)
19 Abr 2010
DCD/lmb