Gerehou, que ya tuvo un episodio similar en Twitter en el mes de julio, cuando varios usuarios de esta red social se dedicaron a hacer una ‘subasta’ en la que se sorteaba la propiedad del presidente de SOS Racismo Madrid, denunció este lunes a las 15.32 horas ante la cuenta de Twitter de la Policía Nacional que “ya no me subastan, me amenazan de muerte por seguir denunciando el racismo” e incluía varios pantallazos de amenazas de muerte que había recibido en su cuenta personal.

Sin embargo, Gerehou declaró a Servimedia que no va a acercarse a una comisaria a denunciarlo porque “ya tengo puesta una denuncia por otro motivo similar (la de la ‘subasta’) y en tres meses no he recibido ninguna respuesta” y “no ha avanzado nada” más que una respuesta desde la cuenta de la Policía Nacional en el que le informaban que habían remitido esos 'tuits' a los investigadores.

A su juicio, "no hay mecanismos de denuncia efectivos contra el racismo”. “No sucede como con la violencia machista, no hay un número de teléfono al que la víctima de racismo pueda llamar, no hay juzgados especializados que sepan cómo tratar estos temas, no hay una sensibilización a nivel institucional, no hay campañas a nivel institucional contra el racismo”, explicó Gerehou.

“TWITTER LES PROTEGE”

Gerehou indicó que “si la Fiscalía quiere investigar por su cuenta pues aquí lo tienen y yo les ayudaré, pero yo por iniciativa propia no voy a denunciar”. Asimismo, hizo hincapié en que, aparte de poner el foco en la policía, “hay otras partes implicadas que también tienen su parte de culpa”, como el propio Twitter, el cual “tiene una política de datos peculiar y no proporciona nunca los datos, incluso cuando son casos como este tipo que son un delito bastante grave, que son amenazas de muerte”.

En este sentido, Gerehou manifestó que “no puede ocurrir que si la policía ahora consigue la dirección IP de las personas que en su día me subastaron, luego Twitter tarde alrededor de dos meses en contestar y a saber si te da los datos de esas personas” y añadió que “al final, están protegiendo a las personas que han cometido los delitos y están dejando expuestas a las personas que han sufrido estos ataques”.