SOS Racismo registró 247 incidentes racistas en España en el año 2015 según el ‘Informe anual 2016 sobre el racismo en el Estado español’ que hizo público este viernes la organización, aunque asegura que “no representan el mapa de la discriminación y racismo” en España.

El informe fue presentado en una rueda de prensa en la que intervinieron el secretario general de la Federación SOS Racismo, Mikel Mazkiaran, el presidente de SOS Racismo Madrid, Moha Gereou, vicepresidenta de SOS Racismo Galicia, Vanessa Míguez, y la portavoz de SOS Racisme Catalunya, Alba Cuevas.

Familias de origen extranjero que reciben insultos como “esclavos” o “dejad en paz a los españoles” y golpes en la pared de su casa o agresiones a vendedores ambulantes con graves consecuencias físicas son algunos de los ejemplos de los incidentes registrados por la organización.

Sin embargo, Cuevas señaló que este dato muestra únicamente una pequeña parte del racismo en la sociedad española, ya que, hay que tener en cuenta la “desconfianza de las víctimas hacia el sistema y las instituciones”, por su situación irregular, así como “el desconocimiento y el miedo” a las consecuencias posibles.

Por ello, Mazkiaran pidió que se elabore una Ley Integral contra la discriminación y una Ley de protección de víctimas de delitos de odio que amplíe el concepto de delito de odio a otros supuestos recogidos en el Código Penal, como por ejemplo, la denegación de prestaciones públicas y privadas, la discriminación laboral o actuaciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

“NO HAY VOLUNTAD POLÍTICA”

Mazkiaran aseguró que “no podemos decir si va aumentando o si se va reduciendo” el racismo en España, porque “seguimos sin tener datos fiables”, pero “la percepción es que hay un racismo escondido” y “se observa cada vez un discurso más expreso de rechazo hacia el movimiento migratorio”.

Otro de los motivos de preocupación de la organización es el contenido de violencia, el cual que representa el 50% del total de los incidentes de odio con motivación racista o xenófoba denunciados a las oficinas de SOS Racismo y que han sido perpetradas por particulares, por miembros de grupos de extrema derecha y agentes de empresas de seguridad privada.

Por último, Cuevas señaló que “no hay voluntad política para visibilizar el racismo ni para informar a posibles víctimas de que si sufren racismo pueden y deben denunciarlo”, lo cual, “te lleva a pensar que el margen a la impunidad es amplio”.