Simón explicó, en declaraciones en la sede de Sanidad, que esta enfermedad no se puede transmitir en los primeros estados de la misma y, además, es necesario “estar en un contacto importante”. Esto implica que el riesgo para “aquellos parientes que han tenido un contacto muy estrecho“ con los dos pacientes de fiebre hemorrágica Crimea-Congo es “muchísimo menor” que el de los profesionales sanitarios.

Simón realizó estas declaraciones tras conocerse que las muestras enviadas al Centro Nacional de Microbiología han confirmado dos casos en Madrid de fiebre hemorrágica Crimea-Congo.

El primero de los pacientes, un varón de 62 años, fue contagiado por la picadura de una garrapata tras un paseo por el campo en la provincia de Ávila, en Castilla y León. Esta persona falleció el pasado 25 de agosto en el Hospital Universitario Gregorio Marañón, tras haber sido atendido inicialmente en el Hospital Infanta Leonor.

La segunda paciente, una enfermera de la UCI del Hospital Infanta Leonor que pudo contagiarse al estar en contacto con los fluidos mientras lo atendía, fue trasladada anoche en una UVI móvil del Summa 112 a la Unidad de Aislamiento de Alto Nível del Hospital La Paz-Carlos III con todas las medidas de aislamiento protocolizadas para estos casos.

SEGUIMIENTO ESCALONADO

En cuanto al tratamiento que está recibiendo la enfermera contagiada, Simón indicó que, al no haber vacuna, ”el tratamiento principal para los casos de Crimea-Congo es el de soporte, un tratamiento que les ayude a superar su infección basándose en sus propios medios de control”, aunque añadió que “hay algunos antivirales que parecen que sí que pueden tener algún impacto en la evolución de la enfermedad como la ribavirina”.

Simón detalló que “el seguimiento de las 200 personas” consiste en un “seguimiento diario para asegurarnos de que no inicien síntomas” y remarcó que muchos de estos contactos “están a punto de terminar su periodo de vigilancia, teniendo en cuenta que el caso índice inició síntomas en torno al 15 de agosto y fue ingresado el mismo día 18”, por lo tanto, “han pasado alrededor de 15 días, que es el periodo máximo de incubación cuando es largo, que no es lo habitual”.

Sin embargo, el representante del Ministerio de Sanidad confirmó que “todavía vamos a extender esa vigilancia durante una semana más para llegar a los 21 días que establece el protocolo, pero ya hay un grupo muy importante que está prácticamente fuera de riesgo”. Se trata de “un seguimiento escalonado”, primero “aquellos con los que estuvo en contacto el primer paciente en los hospitales de Madrid” y luego “los que estuvieron en contacto con la enfermera antes de aislarla” concluyó.

Por último, Simón explicó que no todos los enfermos de una fiebre hemorrágica presentan “un cuadro hemorrágicos florido” e indicó que los síntomas iniciales son “fiebre, dolores articulares y musculares que pueden llegar a dar somnolencia o rigidez de nuca en algunos casos”, pudiendo llegar a dar “un fallo renal o hepático en sus fases más terminales”.