Velázquez habló de este asunto en la Comisión de Interior de la Cámara Alta, donde el PP había pedido su comparecencia para explicar cómo piensa cumplir el Ministerio del Interior las sentencias que establecen que deben limitarse los puestos de libre designación en la Policía Nacional.

A este respecto, Velázquez explicó que las sentencias a las que se refería el PP – consecuencia de denuncias de sindicatos policiales- están recurridas, aunque añadió que Interior tiene intención de incluir una mejora del supuesto de libre designación en el proyecto de nuevo Régimen de Personal de la Policía Nacional. Esta normativa está siendo negociada actualmente entre el Gobierno y los sindicatos policiales.

A este respecto, el responsable de las Fuerzas de Seguridad explicó que en el futuro Régimen de Personal de la Policía Nacional, el Ejecutivo quiere que la libre designación de determinados agentes incluya como requisito que estos nombramientos se hagan “de forma motivada”.

No obstante, Velázquez explicó que, actualmente, en la Policía Nacional hay sólo un 8,79 por ciento de destinos de libre designación, en concreto un total de 6.765 puestos. De estos sólo 2.235 son de altos mandos, mientras que el resto se corresponde con tareas policiales que no son de alta responsabilidad, pero que son de “especial funcionalidad”, como el servicio de información, la Casa Real, Presidencia del Gobierno o el Congreso y el Senado.

En este sentido, el director general afirmó que las actuales ocupaciones de libre designación en la Policía se corresponden al Catálogo de puestos del año 2007. Destacó, a este respecto, que en el Catálogo de puestos anterior el número de mandos de libre designación era de 2.401, frente a los 2.235 actuales.

Por su parte, Encarnación Navarro, portavoz del PP, acusó al actual Gobierno de están conduciendo a la Policía Nacional a una “mayor politización”, debido al aumento del número de puestos de libre designación.

Navarro sostuvo que el Ejecutivo está aplicando el principio de que la libre designación no sea sólo de mandos, sino de puestos intermedios de la Policía Nacional, que son también nombrados “a dedo” y que pueden llegar a cumplir “las órdenes de quien puede cesarles arbitrariamente en su trabajo”.