Rivera compareció en rueda de prensa en el Congreso de los Diputados después de una hora de reunión con el Rey dentro de la ronda de contactos de cara a la investidura.

Expuso su "preocupación" por el bloqueo institucional ante una situación que requiere "altura de miras, saber ceder y mover ficha", como subrayó que ha hecho su partido al pasar del "no" a la abstención en segunda votación.

Rivera subrayó que no fue a Zarzuela a "contemplar el paisaje" sino a proponer "soluciones", en primer lugar lo que es su "plan A", que hace días descartó pero que quiso explicar al Rey en primera persona: un Gobierno de consenso entre el PP, PSOE y Ciudadanos con respaldo "fuerte" para hacer frente a retos como el desafío independentista en Cataluña, el terrorismo internacional, la modernización de la economía o la reforma de la Constitución.

Aunque el PP y el PSOE rechazan esa posibilidad, Rivera dijo al Rey que si la situación cambiara y estuvieran abiertos a ello podría contar para hacerla realidad con los 32 escaños de Ciudadanos.

Ante esa evidencia, le expuso también su "plan B": un Gobierno en minoría de quien ganó las elecciones con Rajoy investido gracias a la abstención de Ciudadanos y PSOE y con acuerdos puntuales después para sacar adelante los asuntos esenciales gracias a una oposición "responsable" y "constructiva".

Una vez que el PSOE insiste en que no contempla un intento de Pedro Sánchez de ser investido presidente y en que no quiere terceras elecciones, Rivera cree que solo existen esas dos opciones que él expone, y que la segunda es la más viable.

Dado que los españoles "no tienen más tiempo, se están hartando y con razón", Rivera cree que esa investidura tiene que ser "cuanto antes" y que difícilmente se podría hacer en agosto lo que no se ha hecho ya.

Dejó claro, no obstante, que no pondrá pegas "por una semana más o una semana menos", y avanzó de esa forma el previsible respaldo a la fecha que tendría que proponer la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, de acuerdo con el candidato a la investidura.

Días atrás Rivera avanzó que le iba a pedir al Rey que convenciera a Pedro Sánchez de la necesaria abstención del PSOE, pero después de verle se limitó a mostrarse convencido de que cumplirá con su función constitucional de "arbitrar, moderar y proponer".

Rivera no contempla la posibilidad de que Rajoy evite de nuevo someterse a un debate de investidura. Si lo hizo Pedro Sánchez con 123 apoyos no tendría sentido no intentarlo con 137 de partida, dijo.

Pese a ser preguntado por ello, no quiso hablar de la posibilidad de respaldar a Rajoy si es el precio para que el PSOE se abstenga. Respondió asegurando que las "crisis internas" las tiene que resolver cada cual, y que en todo caso los socialistas tendrán que definir su posición llegado el día de la votación de investidura. Sería "legítimo", añadió, como primer partido de la oposición e histórico contrincante del PP, que planteara condiciones a cambio de esa abstención, como lo sería también que Rajoy negociara esa opción porque los apoyos "no llueven del cielo".

Preguntado expresamente por ello, aseguró que no ha recibido presiones de ningún tipo. "Los que somos libres y tenemos las manos limpias no somos presionables", precisó.