En una nota, el CEU informó que esta prueba permite evaluar la posible alteración del músculo peroneo, que es característica de los sujetos con inestabilidad funcional de tobillo. Según los expertos que la han desarrollado, “esta inestabilidad es crónica y el paciente siente que la articulación se le mueve, es inestable y como consecuencia suele sufrir esguinces o torceduras recurrentes. Este tipo de inestabilidad se puede dar junto a una inestabilidad mecánica de la articulación o sin ella, y es una de las complicaciones más frecuentes tras sufrir un traumatismo en el tobillo, alcanzando en algunos deportes prevalencias de entre el 20% y el 60%”.

Los investigadores han utilizado un test de excitabilidad nerviosa tradicional en el campo de la fisioterapia para aplicar una serie de estímulos eléctricos al nervio y que se evalúa a través de la piel. De esta forma, se recoge la intensidad de la contracción muscular visible para el fisioterapeuta. Esta prueba se utilizaba para evaluar estas contracciones del músculo, pero nunca se había aplicado en el estudio de la inestabilidad funcional de tobillo.

En los resultados, los investigadores pudieron comprobar que los valores de intensidad a los que responde este músculo peroneo eran superiores en las personas con inestabilidad funcional de tobillo respecto a sujetos sanos.

En este estudio, publicado en la revista Physical Medicine and Rehabilitation, han participado los doctores Ángel Luis Rodríguez y Javier Güeita-Rodríguez, del CEU junto a los doctores Jesús Rebollo y José Jesús Jiménez, de la Universidad de Sevilla, que quieren que el siguiente paso sea que esta prueba pase al ámbito clínico.