Los expertos recomendaron evitar el uso prolongado del aire acondicionado para evitar el brusco contraste de las temperaturas entre recintos cerrados con aire frío y el calor de la calle, así como humedecer el ambiente con humidificadores y proteger la garganta.

Según explicó el doctor Carlos Ramírez, miembro de la junta directiva de la SEORL, “en verano son comunes las consultas por faringitis y laringitis debido al uso excesivo del aire acondicionado".

"El aire frío expulsado por estos aparatos provoca una serie de alteraciones en los sistemas de defensa naturales que tenemos en nariz y garganta, los cilios pierden movilidad y por tanto la circulación normal de la mucosa se vuelve más lenta o incluso cesa, lo que puede dar lugar también a la aparición de sinusitis y otitis”.

Según datos de esta sociedad médica, la faringitis, causante del 36% del consumo de antibióticos en España, es una de las causas más frecuentes de consulta médica, incluso en verano.

El doctor Ramírez añadió que “en esta época coexisten diferentes factores que pueden desencadenar una inflamación del tejido faríngeo como son los cambios de temperatura y el ambiente seco como consecuencia del aire acondicionado, así como la baja humedad”.

Los principales síntomas son la sequedad y molestias faríngeas, a veces, sensación de quemazón, así como carraspeo y exudado que desencadena una tos pertinaz. En casos más graves puede aparecer fiebre, escalofríos o cefaleas.