Lo dijo en su primer discurso en ese puesto nada más ser elegida en la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados. Se comprometió a hacerse "merecedora del provilegio" que supone presidir la institución en la que reside la representación de la soberanía nacional, un reto "no exento de obstáculos" pero que espera que puedan resolver "todos juntos".

Pastor puso en valor la Constitución como "eje vertebrador" de los derechos y libertades de todos los ciudadanos, y se mostró convencida de que esa norma fundamental sigue garantizando la convivencia "en base a valores compartidos".

Elogió también como "valor esencial" de esa convivencia la Monarquía parlamentaria, a la que se refirió como garantía de estabilidad y símbolo de integración encarnada por Felipe VI.

Ana Pastor subrayó el compromiso del Parlamento contra el terrorismo, con la "certeza de que nunca podrá doblegar la fuerza de la democracia". Sobre la base de conjugar la pluralidad política emanada de las urnas, Pastor aseguró que el Parlamento tiene que ser "generador" de los consensos necesarios para hacer posible lo que los ciudadanos desean: seguir creciendo, creando empleo y preservando valores fundamentales.

Para ello, alertó, es necesario "más que nunca" que haya estabilidad, diálogo y consenso, y en la Mesa los diputados encontrarán "la mejor disposición" con todo su esfuerzo y capacidad para "no defraudar las expectativas" de los ciudadanos.

El debate político y la confrontación de argumentos "están en la naturaleza del Parlamento", dijo, pero "no deben ser el fin sino el medio para construir" el país que los españoles desean y necesitan.