La investigación, recogida por la agencia de noticias científicas SINC, analiza el papel de la p-sinefrina, un sumplemento muy popular en dietas de adelgazamiento, en la quema de grasas en reposo y durante el ejercicio. Los investigadores señalan que al realizar ejercicio el cuerpo lleva a cabo una oxidación de grasas o carbohidratos en función de la intensidad y duración de la actividad.

En la investigación se analizó la respuesta de 18 individuos antes y después de realizar una hora de ejercicio físico en bicicleta estática. La mitad de ellos habían ingerido esta sustancia y el resto un placebo.

Según Juan del Coso, investigador de la Universidad Camilo José Cela y autor principal del estudio, la ingestión preejercicio de p-sinefrina incrementó el ritmo de oxidación de grasas mientras que redujo la oxidación de carbohidratos a intensidades bajas y moderadas. Asimismo, aumentó la máxima capacidad de los individuos para quemar grasas, aunque no modificó la intensidad.

Del coso señaló que el máximo ritmo de oxidación de grasas durante el ejercicio fue de 0,7 gramos por minuto. “En el mejor de los casos, esto supondría que un individuo podría oxidar 42 gramos de grasa tras una hora de ejercicio a esa intensidad", apuntó.

“Los cambios que experimentamos en nuestro peso cuando comenzamos a hacer ejercicio no están basados en la pérdida de grasa, sino en la pérdida de líquido principalmente", agregó.

Por ello, la mayor parte de dietas ‘milagro’ y de los programas de adelgazamiento producen ‘rebote’, debido a la recuperación del líquido perdido”, sostuvo el investigador.

Los cambios de peso reales, basados en la oxidación de grasas con ejercicio y en la dieta, provocarían una pérdida real de 200-300 gramos a la semana, o poco más de 1 kilogramo al mes.

En su opinión, “este debería ser el objetivo: quemar 1 kilo al mes, pero de grasa.

Desde luego es menos llamativo que los eslóganes de las dietas milagro, pero científicamente, el cambio efectivo estaría a este ritmo”.