Nacido con parálisis cerebral, Oroza ha sido cinco veces campeón del mundo y catorce veces campeón de España en ciclismo paralímpico.

Compitió 15 años al máximo nivel, pero en 2015 sufrió una baja laboral (trabajaba además como monitor deportivo) debido a un desgaste de cadera.

Ello agravó su discapacidad, que de un 67% y un grado severo pasó al 76% y a ser considerada absoluta, con derecho a una pensión de 635 euros al mes.

Dado que Aitor necesita la ayuda de una tercera persona para todas las actividades de su vida cotidiana (asearse, salir a la calle, vestirse…), considera esta cantidad “claramente insuficiente”.

“Cuando traía medallas a España, todo el mundo quería fotos y ruedas de prensa conmigo, pero ahora que necesito ayuda, me han dejado tirado”, apunta Aitor en una carta dirigida al Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Este departamento, según explica Aitor, admite que precisa esta ayuda, pero aduce que su discapacidad es de nacimiento y le niega el reconocimiento de gran invalidez.

“Efectivamente, el desgaste de cadera que padezco es de nacimiento”, concede Oroza, pero “se ha visto agravado por los 15 años de alta competición”, y de ahí su petición.

Según explicó, “este desgaste sería del 10% en una persona sana, pero en su caso alcanza el 90%.