Según informó la Policía, el arrestado mantenía a los animales en una situación de abandono y desnutridos, de forma que algunos de ellos sufren enfermedades infecciosas incurables.

La finca no contaba con el permiso pertinente ni con el espacio para acoger a los animales. Las instalaciones han sido declaradas peligrosas por el uso de los materiales empleados para su construcción e insalubres para los animales, a los que además se suministraba agua de origen fecal.

La investigación se inició gracias a que varios ciudadanos alertaron a los agentes de la situación de abandono y maltrato que estaban sufriendo los animales que se encontraban en un cortijo de Benagalbón. Las pesquisas realizadas permitieron a los investigadores confirmar que en la finca los animales se encontraban desatendidos y que algunos de ellos presentaban lesiones importantes.

SUFRIMIENTO CONSTANTE

Entre los ovinos se encontró a uno con un traumatismo que no le permitía desplazarse y que, según determinaron los veterinarios, le causaba un sufrimiento constante, motivo por el que tuvo que ser sacrificado.

Una de las perras tuvo que ser intervenida de urgencia por una infección genital grave y a otro de los canes se le ha diagnosticado una leishmaniosis en grado máximo.

Según un informe elaborado por expertos en la materia, se concluyó, una vez inspeccionado el cortijo, que presentaba deficiencias que vulneraban la normativa del bienestar animal y que el espacio destinado a la explotación animal era exiguo para los perros y ovejas que allí se encontraban. Además, los materiales empleados para la construcción resultaban peligrosos para el desarrollo de cualquier actividad.

Finalmente, con toda la información recopilada, los investigadores se personaron en el cortijo y detuvieron al responsable del cortijo como presunto responsable de maltrato animal. Tanto los perros como las ovejas fueron rescatados y entregados a varias protectoras y asociaciones defensoras de los animales.