En su declaración ante el magistrado Antonio Pedreira, cuyo contenido se ha hecho público este martes, Correa explicó que sus relaciones con el Partido Popular comenzaron entre los años 1993 y 1994 y que la decisión de recurrir a sus empresas la tomó “un grupo pequeño de personas” entre las que se encontraban Arenas, Cascos, el ex tesorero del partido Luis Bárcenas, y el ex alcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid) Jesús Sepúlveda. Tanto Bárcenas como Sepúlveda se encuentran ya imputados por su presunta participación en la trama de corrupción.

CONTACTOS CON EL PSOE

En su declaración, Correa revela que antes de comenzar a trabajar con el PP, en torno al año 1993, contactó con el PSOE para ofrecerle sus servicios, ya que tenía “alguna relación” con el partido. “Con el Partido Socialista me fue muy difícil”, señaló Correa ante las preguntas de la Fiscalía Anticorrupción, ya que los socialistas trabajaban ya con otra empresa.

Finalmente, envió a los populares “una oferta de trabajo a nivel de agencia de viajes” que fue aceptada. Con el tiempo, los encargos del PP a la agencia de Correa fueron creciendo.

El presunto cerebro de la trama corrupta explica que fue entonces, una vez consolidados los contratos para viajes, cuando Bárcenas, que por aquel entonces era el gerente del partido, le llamó para preguntarle si sus empresas serían capaces de organizar mítines electorales para el PP, a pesar de ser consciente de la inexperiencia de Correa y sus colaboradores en esta faceta.

El empresario aceptó y poco tiempo después envió un presupuesto a los populares. Correa indicó ante el juez de Madrid que Álvarez Cascos le llamó “muy alarmado” y le pidió que se pasase por la sede del partido para verificar el presupuesto.

Una vez en la calle Génova de Madrid, Álvarez Cascos le preguntó si el presupuesto que habían elaborado era correcto porque era demasiado barato. “En la época tenían un proveedor que les cobraba una cantidad de dinero importante por organizar un mitin, y yo creo que la primera factura en el año 93 fue de unos 2 millones de pesetas aproximadamente, lo que significaba un ahorro muy imporante con respecto a lo que ellos estaban acostumbrados a pagar”, señaló el principal imputado del “caso Gürtel”.

A partir de entonces, los populares encargaron a las empresas de Correa “una barbaridad de trabajo” y comenzaron a encargarse de la organización de las campañas electorales del PP, ya fueran municipales, generales o europeas.