Como cada año por estas fechas, los 7.000 habitantes de la localidad y algunos más de la provincia han hecho ya acopio de petardos para acompañar al Cristo por las calles del municipio, que cuenta estos días con la visita de vecinos de toda la provincia.

"La procesión de los petardos" es la del Domingo de Resurrección, pero en Cúllar Vega tiene su aperitivo hoy, Sábado de Gloria, cuando la imagen del Niño Resucitado pasa varias horas en la casa del mayordomo, un miembro de la hermandad que va rotando cada año, según explicó a Servimedia Jorge Sánchez, concejal de Cultura de la localidad.

Tras su paso por el hogar correspondiente, la imagen va hacia el templo en medio de una nube de petardos, y se procede a la "quema de Judas", una especie de espantapájaros con forma humana que se cuelga en las inmediaciones del domicilio del mayordomo y que los culleros rellenan de petardos.

Ya el domingo por la mañana, a las 12.30 horas, se celebra la procesión del día de Resurrección propiamente dicha, que parte de la Iglesia Parroquial de la Asunción y finaliza en la plaza central del pueblo, donde se encuentran el Cristo resucitado y la Virgen del Rosario y se hacen una reverencia.

Aunque no está muy claro el origen de esta tradición, parece que se remonta a finales del siglo XIX o a principios del XX, cuando algunos habitantes acompañaron la procesión del Domingo de Resurrección con tiros de escopetas al cielo que luego derivaron en petardos, según cuentan los viejos del lugar, indicó el concejal de Cultura del pueblo, quien dio, no obstante, una segunda versión.

La segunda posibilidad del origen de esta tradición apunta a que fueron agricultores afincados en Cúllar Vega quienes llevaron hasta el municipio su afición por la pólvora a principios del siglo pasado.