Científicos trazan la 'ruta' que siguió el VIH para propagarse por Occidente

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo internacional de científicos de la European Society for Translational Antiviral Research (ESAR), en el que han participado el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, ha trazado las rutas de propagación del VIH por todo el mundo y ha descubierto que el comercio internacional, el turismo o los movimientos migratorios tienen un papel relevante en la dispersión del virus, según concluye un estudio publicado este miércoles en la revista ‘Journal of Molecular Epidemiology and Evolutionary Genetics of Infectious Diseases’.

El estudio sugiere que la expansión del subtipo B del VIH-1, que es la cepa del virus más abundante en Occidente (Europa, Australia y América), refleja los acontecimientos geopolíticos de la segunda mitad del siglo XX. Por ejemplo, las cepas de Europa del Este y Europa Occidental no se mezclaron hasta la caída del 'telón de acero', a principios de los años 90, cuando la migración entre estos países fue menos restringida.

"La historia del VIH hasta su llegada a EEUU (procedente de África) ya se conocía. Lo que sucedió después de eso, sin embargo, no estaba claro. Queríamos ver cómo el VIH se propagó por el mundo occidental", explica el doctor Gkikas Magiorkinis, del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y coautor principal del estudio.

El resultado es un patrón que parece reflejar el paisaje geopolítico posterior a la Segunda Guerra Mundial, es decir, el ascenso y la caída del 'telón de acero' y los vínculos tradicionales entre países como resultado del colonialismo europeo.

Así, el VIH-1 se extendió por rutas migratorias específicas que coinciden con los factores geopolíticos que han afectado a la actividad humana durante los últimos 50 años, como la migración, el turismo y el comercio internacional.

Por su parte, Roger Paredes, investigador de IrsiCaixa, que ha participado en el estudio, asegura que estos resultados "demuestran una vez más que las epidemias no entienden de fronteras. Por tanto, si queremos acabar con el sida también necesitaremos actuar a escala global, especialmente en los países de renta baja donde viven la mayoría de personas infectadas por el VIH y donde actualmente se están transmitiendo virus resistentes a los fármacos".

Los investigadores recuerdan que el VIH es uno de los patógenos humanos que evoluciona más rápido, algo que ha permitido ahora estudiar sus movimientos a lo largo de los años.

Los investigadores han analizado casi 9.000 genomas de cepas del VIH-1 subtipo B provenientes de 78 países, con el objetivo de mapear su expansión en el mundo durante los últimos 50 años y marcar los patrones más significativos de propagación.

(SERVIMEDIA)
15 Jun 2016
ABG/gja/caa