Zeid hizo esta petición a través de un comunicado tras la matanza ocurrida el pasado domingo en un club gay de Orlando (Estados Unidos), en el que murieron 49 personas y otro medio centenar resultaron heridas a manos de un único hombre armado.

“Es difícil encontrar una justificación racional que explique la facilidad con la que la gente puede comprar armas de fuego, incluyendo rifes de asalto, sin tener en cuenta los antecedentes penales anteriores, el consumo de drogas, la violencia doméstica y la enfermedad mental o el contacto directo con extremistas, tanto nacionales como extranjeros”, señaló.

A este respecto, Zeid se preguntó: “¿Cuántas muertes masivas más de escolares, compañeros de trabajo, feligreses afroamericanos? ¿Cuántos disparos a músicos con talento, como Christina Grimmie, o políticos como Gabrielle Giffords, pasarán antes de Que Estados Unidos adopte un reglamento robusto de armas? ¿Por qué cualquier civil en cualquier lugar es capaz de adquirir un rifle de asalto y otras armas de alta potencia diseñadas para matar a mucha gente?”.

El jefe de derechos humanos de la ONU consideró “irresponsable la propaganda pro-armas que sugiere que las armas de fuego hacen que la sociedad sea más segura, cuando todas las pruebas apuntan a lo contrario”.

“La fácil disponibilidad a las armas de fuego deja poco espacio entre los impulsos asesinos y las acciones que dan como resultado la muerte. El viaje entre las creencias de odio y los crímenes violentos de odio se acelera. La sociedad, en particular sus comunidades y las minorías más vulnerables, que se enfrentan a un extendido prejuicio, pagan un alto precio por el fracaso para hacer frente a los grupos de presión y tomar las medidas necesarias para proteger a las personas de la violencia armada”, apostilló.

REGULACIÓN EN OTROS PAÍSES

Por otro lado, un informe de la ONU sobre la adquisición, la posesión y el uso de armas de fuego pone de relieve el “impacto devastador” de la violencia en derechos humanos como los derechos a la vida, la seguridad, la educación, la salud, un nivel de vida adecuado y la participación en la vida cultural.

Ese estudio indica que las mujeres y los niños se encuentran con frecuencia entre las víctimas de la violencia por armas de fuego, por lo que la ONU indicó que la protección de los derechos humanos debe ser fundamental para el desarrollo de leyes y reglamentos relativos a la disponibilidad, la transferencia y el uso de armas de fuego.

"Los ejemplos de muchos países muestran claramente que un marco legal para el control de la adquisición y uso de armas de fuego ha llevado a una reducción dramática del crimen violento", dijo Zeid, quien agregó: "En Estados Unidos, sin embargo, hay cientos de millones de armas en circulación y cada año miles de personas mueren o resultan heridas por ellas".