Así se pronunció el ministro en un artículo en ‘ABC’, recogido por Servimedia, en el que subrayó que “Gibraltar no es otra cosa que un territorio no autónomo, sometido al proceso de descolonización, en dos palabras: una colonia”.

En ese sentido, el jefe de la diplomacia española explicó que el Peñón fue incluido por la ONU en 1963 en la lista de territorios a descolonizar “y de ahí no ha salido”, mientras que un año después, en 1964, el Comité Especial de Naciones Unidas sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales instó a España y Reino Unido a iniciar “sin demora” conversaciones para encontrar una “solución negociada”.

NEGOCIACIÓN EXCLUSIVA

En este punto, Margallo explicó que la ONU llama a la descolonización a partir del principio de integridad territorial y “no en virtud de ningún supuesto derecho de autodeterminación de un hipotético pueblo gibraltareño”.

Además aseveró que los intereses de los gibraltareños “deberán ser escuchados”, para lo que, a su juicio, cuentan con un “excelente canal”: el Gobierno británico.

“Nosotros estaremos encantados de escuchar, pero la negociación sobre soberanía corresponde a Londres y a Madrid exclusivamente”, sentenció.

Margallo recordó que España ha reiterado en “incontables ocasiones” al Reino Unido su disposición a “retomar estas conversaciones” como quedó patente en la Declaración de Lisboa de 1980, cuando ambos países acordaron resolver el contencioso de Gibraltar en un “espíritu de amistad y de acuerdo”, espíritu que se mantuvo en la Declaración de Bruselas de cuatro años más tarde.

DOBLE OBJETIVO

El ministro manifestó que en este contencioso, España persigue un “doble objetivo”: negociar con el Reino Unido y trabajar por el progreso del Campo de Gibraltar a partir del “sentido común y de manera que revierta positivamente en el Campo y no solo en Gibraltar”.

“Como mi predecesora socialista en el cargo descubrió, no era posible seguir adelante con el llamado foro trilateral que daba al gobierno local de Gibraltar un derecho de veto sobre lo que decidieran el Reino Unido y España y además dejaba fuera al Campo y a la Junta de Andalucía”, comentó.

A pesar de ello, Margallo concluyó afirmando que España mantendrá la “guardia alta” contra aquellas actividades de las autoridades gibraltareñas u originadas en Gibraltar que “nos perjudiquen” como quedó demostrado con la denuncia del régimen fiscal del Peñón ante la Comisión Europea o la lucha contra el contrabando de tabaco.

“Tratándose como se trata de una cuestión de integridad territorial española, poco hay que pueda cambiar tras el 26 de junio”, concluyó.