Dos tercios de estas víctimas murieron como consecuencia de terremotos, especialmente por el ocurrido en Bam, que acabó con la vida de más de 41.000 iranís que vivían en esa ciudad. En otro terremoto ocurrido en Argelia hubo 2.260 víctimas mortales.

Las 380 catástrofes registradas el año pasado supusieron unas pérdidas económicas estimadas en 70.000 millones de dólares. De esa cifra, 12.000 millones correspondieron a desastres provocados por el hombre, con el apagón energético de Estados Unidos durante el mes de agosto de 2003 a la cabeza, con unas pérdidas calculadas en más de 6.000 millones de dólares.