Identificaciones, cuatro falsas alarmas de robo, una amenaza de muerte y daños en dos estalecimientos son los asuntos rutinarios que ha atendido la Ertzaintza en sus primeras horas de despliegue en Bilbao, que ha transcurrido con absoluta normalidad y sin detenciones, según señaló Mitxel Bengoa, subcomisario del puesto de Deusto.

En el transcurso del acto oficial de despliegue, que coincide con el XV aniversario del Estatuto de Guernica, el consejero de Interior en funciones, Juan María Atutxa, resaltó la función de la Ertzaintza como instrumento válido para ejercer la soberanía.

"El statuto de Guernica cumple hoy precisamente quince años y creo que una manera muy adecuada de celebrar esa efemérides es recalcando una vez más la validez de este instrumento, para mejorar los servicios que reciben los ciudadanos de nuestros país, para ejercer responsablemente esa facultad genérica que se llama soberanía", afirmó.

Agregó que "la seguridad es uno de los indicadores fundamentales de ese concepto más amplio que llamamos calidad de vida, la profesionalidad en la realización de este trabaj, la coordinación con otros cuerpos policiales, en este caso con la Policía Municipal, de Bilbao".

Asimismo, el consejero destacó que "para evitar duplicidades y distorsiones en la labor cotidiana, la pulcritud en la obtención de pruebas, el uso ponderado de la autoridad que delegan los ciudadanos en la policía es toda una garantía para el funcioamiento del Estado de derecho".

Coincidiendo con este acontecimiento, la consejería de Interior ha hecho pública una encuestra en la que se desvela que ms del 80% de los bilbaínos está a favor del despliegue.

Paralelamente, ha habido una concentración de los sindicatos de la Ertzaintza ERNE, CC.OO. y UGT con mucho ruido de sirenas y claxones de coches, criticando la política laboral del departamento de Interior.

Las peticiones concretas de los sindicatos pasan por una mejora de la seguridad de los agentes y sobre todo por la no alteración de su calendario de trabajo. Interior podría cambiarlo el 1 de enero de 1995 dejándolo, según los ertzainas, n una situación más desfavorable que el actual.