Así se pone de manifiesto en una encuesta de la Comsión Europea, realizada el pasado mes de marzo y a la que tuvo acceso Servimedia, que pulsa el estado de opinión de los ciudadanos comunitarios en diversas asuntos de interés general de la UE e internos de cada país.

La cuestión relativa a la salud de las democracias de cada estado socio es la siguiente: "en conjunto, está usted muy satisfecho, bastante satisfecho, no muy satisfecho o en absoluto satisfecho con la manera en que la democracia funciona en su país".

Entre los españoles, se muestran uy o bastante satisfechos un 36 por ciento de los encuestados, mientras que un 60 por cien dice que se siente bastante o muy insatisfecho y un 5 por cien no sabe.

El grado de descontento de los ciudadanos españoles con el funcionamiento de la democracia en su país es 10 puntos superior a la media, y sólo resulta inferior al de Italia y Grecia, donde se declaran insatisfechos con la situación un 84 y un 66 por cien, respectivamente.

Pese a todo, el sondeo comunitario muestra también que, a la altua del mes de marzo, en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas y antes de que saltara el último escándalo político, el de las escuchas del CESID, el estado de ánimo político de los españoles no era el peor del último año.

De hecho, el sentimiento de insatisfacción con el funcionamiento de la democracia llegó a embargar al 77 por ciento de los españoles hacia mediados de 1994, y experimentó posteriormente una mejoría que lo rebajó hasta el 60 por cien en marzo de este año.

El contrast es particularmente acusado en relación a los ciudadanos de Irlanda, Luxemburgo y Holanda, los más satisfechos con sus democracias, en los que menos del 30 por cien de los sondeados eligen respuestas críticas con el funcionamiento de su sistema político.

CEDER SOBERANIA

La encuesta de la Comisión Europea indaga también la opinión de los ciudadanos comunitarios sobre si son partidarios de una mayor cesión de soberanía a las instituciones comunitarias, tomando más decisiones de forma conjunta.

A ste respecto, los más entusiastas de dotar de mayores poderes a la UE son los italianos (78 por ciento), los belgas (74 por cien), los franceses (73 por cien) y los españoles (64 por cien).

En el extremo opuesto, sobresalen como más euroescépticos, los daneses (sólo un 36 por cien defiende una mayor cesión de poderes nacionales a instancias comunitarias), los finlandeses (un 29 por cien) y los suecos y luxemburgueses (25 por cien).