La encuesta, que se realizó entre el 26 y el 31 del pasado mes de octubre y constó de 2.498 entrevistas, indica que una de cada cuatro personas creen que la política educativa es mala o muy mala y un tercio la califica de regular, por un 15 por ciento que cree que es buena o my buena.

Sin embargo, uno de cada tres entrevistados dice que, en general, la situación de la enseñanza es buena o muy buena, por un 12 por ciento que entiende que es mala.

Más de la mitad de los encuestados opinan que el Estado gasta demasiado poco en la enseñanza y son mayoría los que piensan que se debe otorgar prioridad a la inversión en educación respecto a la Justicia o las Obras Públicas, pero no en relación a la Sanidad o las pensiones.

La calidad de la enseñanza en colegios e instittos está mejor valorada que la universitaria, ya que en el caso de esta última sólo un tercio la califica de buena.

Los problemas relacionados con la calidad de la enseñanza a los que se conceden más importancia son el excesivo número de alumnos por aula y la ausencia de motivación de los profesores, mientras que se consideran menos relevantes lo poco que los profesores exigen a los alumnos y la escasa calidad de los programas.